Encontrados 1153 resultados para: David y Saúl

  • Todos los que lo conocían de antes y lo veían profetizando con los profetas, se decían unos a otros: "¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿También Saúl anda entre los profetas?". (I Samuel 10, 11)

  • Uno de ellos dijo: "¿Y quién es su padre?". Por eso quedó como proverbio: "También Saúl anda entre los profetas". (I Samuel 10, 12)

  • Saúl respondió: "Nos dijo que las asnas habían sido encontradas". Pero no le contó lo que le había dicho sobre el asunto del reino. (I Samuel 10, 16)

  • Hizo acercarse a la tribu de Benjamín, por clanes, y fue designado por suerte el clan de Matrí. La suerte cayó, finalmente, sobre Saúl, hijo de Quis. Lo buscaron, pero no lo encontraban. (I Samuel 10, 21)

  • Entonces consultaron al Señor: "¿Ha venido aquí Saúl?". Y el Señor respondió: "Está ahí, escondido entre los bagajes". (I Samuel 10, 22)

  • También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; y con él se fueron los valientes a los que Dios había tocado el corazón. (I Samuel 10, 26)

  • Pero unos malvados dijeron: "¿Y éste es el que nos va a salvar?". Lo despreciaron y no le rindieron honores. Mas Saúl ni se dio por enterado. (I Samuel 10, 27)

  • Los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y expusieron estas cosas al pueblo, y todo el pueblo se puso a gritar y a llorar. (I Samuel 11, 4)

  • En esto, llegó Saúl del campo detrás de los bueyes, y preguntó: "¿Qué pasa? ¿Por qué lloran?". Entonces le contaron lo que decían los hombres de Yabés. (I Samuel 11, 5)

  • Al oír Saúl estas cosas, el espíritu de Dios se apoderó de él y se encendió en cólera. (I Samuel 11, 6)

  • Tomó un par de bueyes, los hizo pedazos y los envió a todo el territorio de Israel por medio de los mensajeros, diciendo: "Así serán tratados los bueyes de todo aquel que no siga a Saúl". Entonces el temor del Señor cayó sobre todo el pueblo y salieron como un solo hombre. (I Samuel 11, 7)

  • Al día siguiente Saúl dividió al pueblo en tres cuerpos, que penetraron en el campamento antes del amanecer y estuvieron matando amonitas hasta el mediodía. Los supervivientes se dispersaron, hasta el punto de no quedar dos juntos. (I Samuel 11, 11)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina