Encontrados 75 resultados para: Dejar

  • Tampoco aceptaréis rescate para dejar salir al refugiado de su ciudad de refugio y que habite en su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote. (Números 35, 32)

  • Nos adueñamos de todas sus ciudades y las consagramos al exterminio: matamos hombres, mujeres y niños, sin dejar uno vivo. (Deuteronomio 2, 34)

  • El Señor, nuestro Dios, puso también en nuestras manos a Og, rey de Basán, y a todo su pueblo, y le derrotamos sin dejar ni un superviviente. (Deuteronomio 3, 3)

  • Nos adueñamos de todas sus ciudades, sin dejar una sola: sesenta ciudades, toda la confederación de Argob, capital de Og, en Basán, (Deuteronomio 3, 4)

  • Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de suerte que las gentes de Ay quedaron en medio de los israelitas, que los derrotaron hasta no dejar ni un superviviente ni un fugitivo. (Josué 8, 22)

  • Ese mismo día Josué tomó a Maqueda y la destruyó; pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella sin dejar ni un superviviente; al rey de Maqueda lo trató como había tratado al rey de Jericó. (Josué 10, 28)

  • El Señor la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los que vivían en ella sin dejar un superviviente. Y trató a su rey como había tratado al de Jericó. (Josué 10, 30)

  • La tomaron y pasaron a filo de espada al rey y a todos los que vivían en ella y en los pueblos vecinos, exterminándolos por completo y sin dejar un superviviente, como habían hecho con Eglón. (Josué 10, 37)

  • La tomaron y pasaron a filo de espada al rey y a todos los que vivían allí y en los pueblos vecinos, exterminándolos por completo y sin dejar un superviviente, como habían hecho con Hebrón y Libná y sus reyes. (Josué 10, 39)

  • Josué conquistó toda la tierra: la montaña, el Negueb, la tierra baja y las pendientes con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Entregó al exterminio a todo ser viviente, como había mandado el Señor, Dios de Israel. (Josué 10, 40)

  • Todo el botín de estas ciudades, incluido el ganado, lo tomaron para ellos los israelitas; pero a todas las personas las pasaron a filo de espada hasta su total exterminio, sin dejar ni un superviviente. (Josué 11, 14)

  • Lo que el Señor había ordenado a Moisés, su siervo, Moisés se lo ordenó a Josué y Josué lo cumplió, sin dejar de hacer nada de lo que el Señor había ordenado a Moisés. (Josué 11, 15)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina