Encontrados 4221 resultados para: Dios

  • Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es más grande; pues el testimonio de Dios es que ha testificado de su Hijo. (I Juan 5, 9)

  • El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí mismo el testimonio. El que no cree en Dios le considera mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. (I Juan 5, 10)

  • Éste es el testimonio que Dios nos ha dado: la vida eterna, y esta vida está en su Hijo. (I Juan 5, 11)

  • El que tiene al Hijo, tiene la vida; y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. (I Juan 5, 12)

  • Os escribo esto para que sepáis que vosotros, que creéis en el nombre del Hijo de Dios, tenéis la vida eterna. (I Juan 5, 13)

  • Ésta es la seguridad que tenemos en Dios: que si pedimos algo según su voluntad, nos escucha. (I Juan 5, 14)

  • Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que lleve a la muerte, rece por él, y Dios le dará la vida; esto lo digo para los pecados que no llevan a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; por éste no digo que recen. (I Juan 5, 16)

  • Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca; pero el Hijo de Dios lo guarda, y el maligno no lo toca. (I Juan 5, 18)

  • Nosotros sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo está en poder del maligno. (I Juan 5, 19)

  • Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. (I Juan 5, 20)

  • que la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estén con nosotros, junto con la verdad y el amor. (II Juan 1, 3)

  • El que se sobrepasa y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; pero el que permanece en la doctrina tiene al Padre y al Hijo. (II Juan 1, 9)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina