Encontrados 35 resultados para: Espanto

  • Esto dice el Señor: Un grito de terror se ha oído, espanto, que no paz. (Jeremías 30, 5)

  • Escuchad la decisión que el Señor ha tomado contra Edón y sus proyectos contra los habitantes de Temán: Sí, serán arrastrados cual débiles ovejas, y las praderas temblarán de espanto. (Jeremías 49, 20)

  • Escuchad, pues, la decisión que ha tomado el Señor contra Babilonia y sus proyectos contra el país de los caldeos: Sí, serán arrastrados cual débiles ovejas, y ante ellos sus praderas temblarán de espanto. (Jeremías 50, 45)

  • Espanto y fosa han sido nuestra suerte, exterminio y ruina. (Lamentaciones 3, 47)

  • Te haré objeto de espanto y no existirás más. Se te buscará, pero no se te encontrará jamás, afirma el Señor Dios. (Ezequiel 26, 21)

  • Los mercaderes de los otros pueblos silban ahora sobre ti; te has convertido en objeto de espanto, has desaparecido para siempre. (Ezequiel 27, 36)

  • Por ti llenaré de terror a muchos pueblos y sus reyes; por tu causa se estremecerán de espanto, cuando yo blanda mi espada ante ellos; sin tregua temblarán por su propia vida el día de tu caída". (Ezequiel 32, 10)

  • Cerca está el gran día del Señor, está cerca y llega velozmente. ¡Ya se oye el ruido del día del Señor, y hasta el valiente dará gritos de espanto! (Sofonías 1, 14)

  • Y pregunté: ¿Qué vienen a hacer éstos aquí? Y me contestó: Aquellos cuernos son los que subyugaron a Judá, de tal manera que nadie levantó su cabeza; estos herreros vinieron a hacerles temblar de espanto, a derribar los cuernos de las gentes que levantaron su poder contra la tierra de Judá para dispersarla". (Zacarías 2, 4)

  • En aquel día, palabra del Señor, heriré de espanto a los caballos, y a sus jinetes de locura. Yo miraré por Judá, pero heriré de ceguera a todos los caballos de las naciones. (Zacarías 12, 4)

  • Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque se había apoderado de ellas el temor y el espanto, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. (Marcos 16, 8)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina