Encontrados 70 resultados para: Frontera

  • yo me declaro contra ti y contra tus Nilos. Haré de Egipto un desierto desolado, desde Migdol a Siene y hasta la frontera de Etiopía. (Ezequiel 29, 10)

  • Al príncipe le tocará un terreno a los dos lados del coto del santuario y del término de la ciudad, por la parte de occidente hacia occidente y por la parte de oriente hacia oriente, de una longitud igual a cada una de las partes, desde la frontera occidental hasta la oriental (Ezequiel 45, 7)

  • Berota, Sibráyim, que está entre el territorio de Damasco y el de Jamat, Haser Enón, en la frontera del Haurán. (Ezequiel 47, 16)

  • Así pues, la frontera correrá desde el mar hasta Haser Enón, dejando al norte el territorio de Damasco y el territorio de Jamat. Éste el límite norte. (Ezequiel 47, 17)

  • Por oriente: entre el Haurán, Damasco, Galaad y la tierra de Israel, será frontera el Jordán hasta el mar Muerto, hasta Tamar. Éste el límite este. (Ezequiel 47, 18)

  • Por el sur: la frontera correrá desde Tamar hasta las aguas de Meribá de Cades, en la dirección del torrente hasta el mar Mediterráneo. Éste el límite sur. (Ezequiel 47, 19)

  • Por el oeste: la frontera será el mar Mediterráneo hasta enfrente de la entrada de Jamat. Éste el límite oeste. (Ezequiel 47, 20)

  • Éstos son los nombres de las tribus. Desde el extremo norte, en la dirección de Jetlón, hasta la entrada de Jamat y de Haser Enón, dejando al norte el territorio de Damasco, y a lo largo de Jamat; el territorio se extenderá desde la frontera oriental hasta la occidental: Dan, una parte. (Ezequiel 48, 1)

  • Limitando con Dan, desde la frontera oriental hasta la occidental: Aser, una parte. (Ezequiel 48, 2)

  • Limitando con Aser, desde la frontera oriental hasta la occidental: Neftalí, una parte. (Ezequiel 48, 3)

  • Limitando con Neftalí, desde la frontera oriental hasta la occidental: Manasés, una parte. (Ezequiel 48, 4)

  • Limitando con Manasés, desde la frontera oriental hasta la occidental: Efraín, una parte. (Ezequiel 48, 5)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina