Encontrados 97 resultados para: Fuerzas
No tomes peso superior a tus fuerzas, no trates con el más fuerte y rico que tú. ¿Cómo vamos a juntar la olla de barro con la caldera? Ésta chocará con ella y la romperá. (Eclesiástico 13, 2)
La borrachera excita la ira del loco para su daño, quita fuerzas y le multiplica las heridas. (Eclesiástico 31, 29)
¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el hombre que goza en paz en medio de sus bienes; para el hombre sin preocupaciones y afortunado en todo, que todavía tiene fuerzas para gozar de los placeres! (Eclesiástico 41, 1)
¡Oh muerte, bienvenida es tu sentencia para el hombre indigente y falto de fuerzas; para el cargado de años y cuidados, que se rebela y ha perdido toda esperanza! (Eclesiástico 41, 2)
Clamor de multitudes en los montes, como de pueblo innumerable; ruido de tumulto de reinos, de pueblos aliados. El Señor omnipotente pasa revista a sus fuerzas de guerra. (Isaías 13, 4)
pero los que esperan al Señor renuevan sus fuerzas, remontan el vuelo como águilas, corren sin fatigarse y caminan sin cansarse. (Isaías 40, 31)
Islas, guardad silencio ante mí; renovad, pueblos, vuestras fuerzas. Adelantaos para hablar, comparezcamos juntos en juicio. (Isaías 41, 1)
Yo decía: En vano me he afanado, para nada he gastado mis fuerzas. Pero mi derecho está en las manos del Señor, mi recompensa en mi Dios. (Isaías 49, 4)
Del largo camino estás cansada, y no dices: Me vuelvo atrás. Has reanudado el vigor de tus fuerzas, por eso no estás exhausta. (Isaías 57, 10)
Han dejado de luchar los guerreros de Babilonia, se han refugiado en las fortalezas; están agotadas sus fuerzas, se han convertido en mujeres. Han sido incendiadas sus moradas, hechos pedazos sus cerrojos. (Jeremías 51, 30)
Ha desaparecido de Sión todo su esplendor; sus jefes parecían ciervos que no encuentran pasto: iban caminando sin fuerzas delante del perseguidor. (Lamentaciones 1, 6)
Ha uncido mis pecados sobre mí, su mano los ha entrelazado. Sobre mi cuello el yugo me quebranta las fuerzas. El Señor me ha entregado en sus manos y no puedo levantarme. (Lamentaciones 1, 14)