Encontrados 92 resultados para: Ganados

  • yo daré a tus ganados hierba en los campos, y tú comerás hasta saciarte. (Deuteronomio 11, 15)

  • Las mujeres, los niños, los ganados y lo que haya en la ciudad, lo tomarás contigo y disfrutarás del botín que el Señor, tu Dios, te haya dado. (Deuteronomio 20, 14)

  • El Señor, tu Dios, te hará abundar en bienes: en el fruto de tus entrañas, en el fruto de tus ganados y en el producto de la tierra, de esta tierra que a tus padres juró darte. (Deuteronomio 28, 11)

  • Comerán las crías de tus ganados y los frutos de tu tierra hasta arruinarte; no te dejarán nada, ni trigo, ni mosto, ni aceite, ni las crías de tus vacas, ni los corderos de tus ovejas, hasta exterminarte. (Deuteronomio 28, 51)

  • y él te hará prosperar en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas, en el fruto de tus ganados y en el producto de tu tierra. El Señor se complacerá de nuevo en tu prosperidad, como se había complacido en la de tus padres, (Deuteronomio 30, 9)

  • Vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados pueden quedar en la tierra que os dio Moisés en Transjordania; pero vosotros, todos los hombres de guerra, iréis armados al frente de vuestros hermanos y les prestaréis vuestra ayuda, (Josué 1, 14)

  • Los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín. No se dio parte alguna a los levitas en la tierra, sino solamente algunas ciudades para habitar, y pastos para sus ganados y rebaños. (Josué 14, 4)

  • y les dijeron: "El Señor, por medio de Moisés, mandó que se nos diesen ciudades para vivir con sus ejidos para nuestros ganados". (Josué 21, 2)

  • Partió David con sus hombres hacia Queilá, atacó a los filisteos, se apoderó de sus ganados y les infligió una gran derrota. Así libró David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)

  • porque el Señor dice: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle se henchirá de agua, de modo que podáis beber vosotros, vuestros ganados y vuestras bestias de tiro. (II Reyes 3, 17)

  • Fueron desde la entrada de Guedor hasta el oriente del valle en busca de pastos para sus ganados. (I Crónicas 4, 39)

  • Por el oriente llegó hasta la entrada del desierto, que se extiende hasta el Éufrates, pues tenía muchos ganados en la tierra de Galaad. (I Crónicas 5, 9)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina