Encontrados 40 resultados para: Gramos

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso lleno de perfume; (Números 7, 14)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 19)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 20)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 25)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 26)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 31)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 32)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 37)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 38)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 43)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso, lleno de perfume; (Números 7, 44)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 49)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina