Encontrados 149 resultados para: Holocausto

  • Etonces tomó a su hijo primogénito, el que debía sucederle en el trono, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Sobrevino una gran indignación contra los israelitas, los cuales levantaron el campamento y volvieron a su tierra. (II Reyes 3, 27)

  • Y cuando el holocausto estuvo terminado, Jehú ordenó a la escolta y a los oficiales: "¡Entrad, matadlos! Que no escape ni uno". Y los pasaron a espada, y llegaron hasta el lugar más santo del templo de Baal. (II Reyes 10, 25)

  • quemó sobre él su holocausto y su ofrenda, derramó su ofrenda de vino y esparció sobre el altar la sangre de sus sacrificios de reconciliación. (II Reyes 16, 13)

  • Luego el rey Acaz ordenó al sacerdote Urías: "Sobre el altar grande quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto de toda la gente del país, sus ofrendas de pan y vino; sobre él derramaréis la sangre de los holocaustos y sacrificios. En cuanto al altar de bronce, ya proveeré". (II Reyes 16, 15)

  • Ornán respondió: "Tómala, y que mi señor, el rey, haga de ella lo que quiera. Más aún, te doy los bueyes para el holocausto, los trillos para el fuego y el grano para la ofrenda. Todo está en tus manos". (I Crónicas 21, 23)

  • Hizo diez aguamaniles, cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y purificar en ellos la víctima del holocausto. Los sacerdotes se lavaban en la pila. (II Crónicas 4, 6)

  • Los sacerdotes los mataron y derramaron su sangre sobre el altar como sacrificio por los pecados de todo Israel, pues el rey había ordenado ofrecer por todo Israel el holocausto y el sacrificio por el pecado. (II Crónicas 29, 24)

  • Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar. Al comenzar el holocausto, comenzaron también las alabanzas del Señor al son de las trompetas en armonía con los instrumentos de David, rey de Israel. (II Crónicas 29, 27)

  • Toda la asamblea estaba de rodillas mientras se cantaban las alabanzas y sonaban las trompetas, así hasta que terminó el holocausto. (II Crónicas 29, 28)

  • Ofreció en holocausto al Señor setenta toros, cien carneros y doscientos corderos. (II Crónicas 29, 32)

  • Como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para degollar todos los animales del holocausto, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminó el trabajo y se purificaron los sacerdotes, porque los levitas habían sido más diligentes que los sacerdotes en purificarse. (II Crónicas 29, 34)

  • Ofrecieron el holocausto diario, los correspondientes a los novilunios y a las solemnidades consagradas al Señor, así como los que ofrecían voluntariamente al Señor. (Esdras 3, 5)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina