Encontrados 174 resultados para: Honor

  • Le haré rendir cuentas de sus fiestas en honor de los baales, a quienes quemaba incienso ataviada de anillos y collares para correr tras sus amantes, olvidándose de mí -dice el Señor-. (Oseas 2, 15)

  • A las mujeres de mi pueblo las echáis de las casas que amaban, y quitáis para siempre a sus hijos el honor que yo les he dado. (Miqueas 2, 9)

  • El hijo honra a su padre, el siervo honra a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está el honor que me pertenece? Y si soy señor, ¿dónde el respeto que se me debe?, dice el Señor todopoderoso justamente a vosotros, sacerdotes, que mientras despreciáis mi nombre, todavía decís: ¿En qué hemos despreciado tu nombre? (Malaquías 1, 6)

  • ¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único? (Juan 5, 44)

  • El que habla por su propia cuenta busca su propio honor; pero el que busca el honor del que lo ha enviado es veraz, y en él no hay injusticia. (Juan 7, 18)

  • Yo no busco mi honor; hay quien lo busca, y él hará justicia. (Juan 8, 50)

  • Jesús respondió: "Si yo me diera a mí mismo el honor, mi honor no sería nada. Es mi Padre el que me honra; el que decís vosotros que es vuestro Dios, (Juan 8, 54)

  • Pero en aquel instante un ángel del Señor lo hirió de muerte, por haberse arrogado el honor de Dios, y murió roído de gusanos. (Hechos 12, 23)

  • por quien hemos recibido el don del apostolado para conseguir en honor de su nombre que obedezcan a la fe todos los pueblos, (Romanos 1, 5)

  • la vida eterna a los que, mediante la perseverancia en las buenas obras, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad; (Romanos 2, 7)

  • gloria, en cambio, honor y paz a todo el que obra bien, tanto judío como griego; (Romanos 2, 10)

  • El que celebra determinados días lo hace para honrar al Señor, y el que come de todo lo hace en honor del Señor, pues al comer da gracias a Dios; y el que no come de todo lo hace en honor del Señor, pues también da gracias a Dios. (Romanos 14, 6)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina