Encontrados 5397 resultados para: Ido

  • y los siete ángeles que tenían las siete plagas salieron del templo vestidos de lino puro y brillante y ceñidos con cinturones de oro. (Apocalipsis 15, 6)

  • El quinto vertió su copa sobre el trono de la bestia; su reino quedó sumergido en las tinieblas; las gentes se mordían la lengua de dolor, y (Apocalipsis 16, 10)

  • Son también siete reyes, de los cuales cinco han caído, uno vive y el otro no ha venido aún, pero cuando venga durará poco tiempo. (Apocalipsis 17, 10)

  • Los diez cuernos que has visto son diez reyes, que no han recibido aún el reino, pero que recibirán con la bestia el poder de reyes por una hora. (Apocalipsis 17, 12)

  • Harán la guerra al cordero, y el cordero los vencerá porque es el señor de señores y el rey de reyes; y con él vencerán los suyos, los llamados, los elegidos, los fieles". (Apocalipsis 17, 14)

  • Gritó con voz potente: Ha caído, ha caído Babilonia la grande y ha venido a ser morada de demonios, guarida de todo espíritu impuro, refugio de toda ave inmunda y odiosa; (Apocalipsis 18, 2)

  • porque todas las naciones han bebido el vino de su ardiente lujuria, los reyes de la tierra han adulterado con ella y los comerciantes de la tierra se han enriquecido por su lujo desenfrenado. (Apocalipsis 18, 3)

  • Pagadle con su misma moneda, dadle el doble de lo que ha hecho; en la copa en que ella ha vertido, verted el doble; (Apocalipsis 18, 6)

  • Los frutos que tanto deseabas se han alejado de ti; todos los productos delicados y magníficos se han perdido para ti y no se volverán a encontrar. (Apocalipsis 18, 14)

  • y en un momento tan gran riqueza ha sido destruida! Todos los pilotos, todos los navegantes, los marineros y los que trafican en el mar se mantuvieron a distancia (Apocalipsis 18, 17)

  • Y echándose polvo en sus cabezas, gritaban; y llorando y lamentándose, decían: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que con su opulencia enriqueció a cuantos tenían naves en el mar, y en un momento ha sido desolada! (Apocalipsis 18, 19)

  • Y ya no se oirán en ti las voces de los citaristas, de los músicos, de los flautistas y de los trompeteros; y no se volverá a encontrar en ti artífice de cualquier arte; ni se oirá más el ruido de la muela; (Apocalipsis 18, 22)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina