Encontrados 142 resultados para: Manasés

  • Entonces se reunieron los hombres de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés y persiguieron a los madianitas. (Jueces 7, 23)

  • El espíritu del Señor vino sobre Jefté, que recorrió Galaad y Manasés, pasó a Mispá de Galaad, y de allí al territorio de los amonitas. (Jueces 11, 29)

  • Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad, dio la batalla a Efraín, y los hombres de Galaad vencieron a los de Efraín. Los de Efraín decían que los de Galaad, que vivían entre Efraín y Manasés, eran fugitivos de Efraín. (Jueces 12, 4)

  • Ben Guéber, en Ramot Galaad; tenía las aldeas de Yaír, hijo de Manasés, situadas en Galaad, y la región de Argob, en el Basán: sesenta grandes ciudades amuralladas y con cerrojos de bronce; (I Reyes 4, 13)

  • Ezequías murió y le sucedió en el trono Manasés. (II Reyes 20, 21)

  • Manasés tenía doce años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco. Su madre se llamaba Jefsibá. (II Reyes 21, 1)

  • Pero ellos no hicieron caso, y Manasés los descarrió, induciéndolos a hacer el mal, más aún que las gentes que el Señor había destruido ante los israelitas. (II Reyes 21, 9)

  • "Puesto que Manasés, rey de Judá, ha cometido estas monstruosidades, peores que las de los amorreos que le precedieron, y ha hecho pecar a Judá con sus ídolos, (II Reyes 21, 11)

  • Además, Manasés vertió muchísima sangre inocente, hasta anegar Jerusalén de extremo a extremo, aun prescindiendo del pecado que hizo cometer a Judá haciendo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Reyes 21, 16)

  • El resto de la historia de Manasés, todo lo que hizo y el pecado que cometió está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 17)

  • Manasés murió y fue sepultado en el jardín de su palacio, en el jardín de Uzá. Le sucedió en el trono su hijo Amón. (II Reyes 21, 18)

  • Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como su padre Manasés. (II Reyes 21, 20)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina