Encontrados 35 resultados para: Negueb

  • Josué conquistó toda la tierra: la montaña, el Negueb, la tierra baja y las pendientes con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Entregó al exterminio a todo ser viviente, como había mandado el Señor, Dios de Israel. (Josué 10, 40)

  • De esta manera se apoderó Josué de todo este territorio: la montaña, todo el Negueb y toda la tierra de Gosen, la tierra baja, la Arabá, la montaña de Israel y sus llanuras, (Josué 11, 16)

  • en la montaña, en la Sefela, en la Arabá, en sus vertientes, en el desierto y en el Negueb, donde vivían los hititas, los amorreos, los cananeos, los fereceos, los heveos y los jebuseos. (Josué 12, 8)

  • Ella respondió: "Hazme un favor; ya que me has destinado el desierto del Negueb, dame fuentes de agua". Entonces él le dio las fuentes de arriba y las de abajo. (Josué 15, 19)

  • Las ciudades de la tribu de los hijos de Judá, hacia la frontera de Edón, en el Negueb, eran: Cabseel, Eder, Yagur, (Josué 15, 21)

  • y todas las aldeas que había alrededor de estas ciudades hasta Baalat Beer, o sea, Ramat del Negueb. Ésta fue la heredad de Simeón, por sus clanes; (Josué 19, 8)

  • Después bajaron a atacar a los cananeos que vivían en la montaña, el Negueb y la Sefela. (Jueces 1, 9)

  • Cuando Aquís preguntaba: "¿Dónde habéis hecho incursión hoy?", David respondía: "En el Negueb de Judá, en el Negueb de Yerajmeel, en el Negueb de los quenitas". (I Samuel 27, 10)

  • Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Sicelag, los amalecitas habían hecho una incursión contra el Negueb y contra Sicelag. Habían devastado Sicelag y le habían prendido fuego. (I Samuel 30, 1)

  • A los de Betul, de Ramá, del Negueb, de Yatir, (I Samuel 30, 27)

  • Fueron luego a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos y terminaron en el Negueb de Judá, en Berseba. (II Samuel 24, 7)

  • Señor, haz volver a nuestros prisioneros como torrentes en el Negueb. (Salmos 126, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina