Encontrados 675 resultados para: Ojos

  • Me colocaré junto a mi casa como un guardián contra los que van y vienen. No volverá a pasar por ella el opresor, pues ahora yo vigilo con mis propios ojos. (Zacarías 9, 8)

  • Pero entonces infundiré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de buena voluntad y de súplica. Volverán sus ojos hacia el que traspasaron con la espada y harán luto por él como por un hijo único. Y llorarán por Jerusalén como se llora por el primogénito. (Zacarías 12, 10)

  • Ésta será la plaga con la que el Señor castigará a todos los pueblos que lucharon contra Jerusalén: se les pudrirán sus carnes estando aún en pie, sus ojos se pudrirán en sus órbitas, su lengua se pudrirá en su boca. (Zacarías 14, 12)

  • Veréis esto con vuestros propios ojos y diréis: ¡Grande es el Señor hasta fuera del territorio de Israel!". (Malaquías 1, 5)

  • "La lámpara de tu cuerpo son los ojos; si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo estará iluminado; (Mateo 6, 22)

  • Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Hágase en vosotros según vuestra fe". Y se les abrieron los ojos. (Mateo 9, 29)

  • Porque la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados, para no ver nada con sus ojos ni oír con sus oídos, ni entender con la mente ni convertirse a mí para que yo los cure. (Mateo 13, 15)

  • "¡Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen! (Mateo 13, 16)

  • Mandó que la gente se echase sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, alzó los ojos al cielo y los bendijo; partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los distribuyeran a la gente. (Mateo 14, 19)

  • Alzaron ellos sus ojos y no vieron a nadie, sino sólo a Jesús. (Mateo 17, 8)

  • Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, sácatelo y tíralo lejos de ti. Es mejor entrar con un solo ojo en la vida que con dos ojos ser arrojado al fuego. (Mateo 18, 9)

  • ¿No puedo hacer lo que quiera con lo mío? ¿O ves con malos ojos el que yo sea bueno? (Mateo 20, 15)


“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina