Encontrados 526 resultados para: Palabras

  • Entonces Eliaquín, hijo de Jelcías, el mayordomo, Sebná, el secretario, y Yoaj, hijo de Asaf, el heraldo, se presentaron ante Ezequías, rasgadas sus vestiduras, y le refirieron las palabras del copero mayor. (II Reyes 18, 37)

  • Esperamos que el Señor, tu Dios, haya oído todas las palabras del copero mayor, el que ha sido enviado por el rey de Asiria, su señor, a insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Haz una oración por el resto que aún queda". (II Reyes 19, 4)

  • y éste les respondió: "Decid a vuestro señor: Esto dice el Señor: No te asustes por las palabras que has oído, con las cuales me han insultado los siervos del rey de Asiria. (II Reyes 19, 6)

  • Abre, ¡oh Dios!, tu oído y escucha; abre, ¡oh Señor!, tus ojos y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para ultrajar al Dios vivo. (II Reyes 19, 16)

  • Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras (II Reyes 22, 11)

  • "Id y consultad al Señor por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado; pues la ira del Señor se ha encendido contra nosotros, porque nuestros padres no hicieron caso de las palabras de este libro que se ha encontrado cumpliendo lo que está escrito en él". (II Reyes 22, 13)

  • Esto dice el Señor: Voy a traer la desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las palabras del libro que ha oído el rey de Judá, (II Reyes 22, 16)

  • Y al rey de Judá, que os ha mandado a consultar al Señor, decidle: Esto dice el Señor, Dios de Israel, respecto a las palabras que has escuchado: (II Reyes 22, 18)

  • Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado delante del Señor al oír las palabras con que él ha amenazado a este lugar y a sus habitantes, el terror y la maldición, y haber llorado delante de mí, yo también te he escuchado, dice el Señor. (II Reyes 22, 19)

  • fue al templo del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes, y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo del Señor. (II Reyes 23, 2)

  • Josías exterminó también a los nigromantes, a los adivinos, los fetiches, los ídolos y todos los ídolos repugnantes que se veían en el país de Judá y en Jerusalén, a fin de llevar a efecto las palabras de la ley escritas en el libro que había encontrado el sacerdote Jelcías en el templo del Señor. (II Reyes 23, 24)

  • Saúl murió por haber sido infiel al Señor: no había observado sus palabras y, además, había preguntado y consultado a una nigromántica. (I Crónicas 10, 13)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina