Encontrados 39 resultados para: Podían

  • Se agotaron las cisternas, y no podían saciarse de agua ni siquiera un solo día, porque se les daba racionada. (Judit 7, 21)

  • los derroté y no podían rehacerse, sucumbían debajo de mis pies. (Salmos 18, 39)

  • En cuanto Judas y el pueblo recibieron tales noticias, se convocó una gran asamblea para ver lo que podían hacer por sus hermanos que, atacados por los enemigos, se encontraban en grandes apuros. (I Macabeos 5, 16)

  • bestias tales que no sólo con su maléfico contacto podían aniquilarlos, sino que con su sola vista podían hacerles perecer de terror. (Sabiduría 11, 19)

  • Y aun sin esto podían ser derribados de un soplo, perseguidos por la justicia y barridos por tu aliento poderoso. Pero tú lo has regulado todo con número, con peso y con medida. (Sabiduría 11, 20)

  • Por disposición de los soberanos reciben culto las estatuas. Como los hombres no podían venerarlos porque vivían lejos, representaron su persona haciendo una imagen del rey venerado, para adular con solicitud al ausente como si estuviese presente. (Sabiduría 14, 17)

  • Uno de los cestos contenía higos muy buenos, como lo son los tempranos; el otro tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer. (Jeremías 24, 2)

  • Vagaban por las calles como ciegos, tan manchados de sangre que ni se podían tocar sus vestiduras. (Lamentaciones 4, 14)

  • No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían su follaje. Ningún árbol, en el jardín de Dios, era a él comparable en belleza. (Ezequiel 31, 8)

  • Como había tanta gente, no podían presentárselo. Entonces levantaron la techumbre donde él estaba, hicieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. (Marcos 2, 4)

  • Cuando volvieron a casa, se reunió de nuevo tanta gente que no podían comer. (Marcos 3, 20)

  • Con muchas parábolas por el estilo les exponía la doctrina según ellos podían comprenderla, (Marcos 4, 33)


“Jesus e a sua alma devem cultivar a vinha de comum acordo.” São Padre Pio de Pietrelcina