Encontrados 452 resultados para: Primer Libro de Samuel

  • Y nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra podía abrir el libro y leerlo. (Apocalipsis 5, 3)

  • Yo lloré mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de leerlo. (Apocalipsis 5, 4)

  • Uno de los ancianos me dijo: Deja de llorar, que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David; él abrirá el libro y sus siete sellos. (Apocalipsis 5, 5)

  • Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. (Apocalipsis 5, 7)

  • Ellos cantaban un cántico nuevo: Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque has sido degollado y has rescatado para Dios con tu sangre a los hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación. (Apocalipsis 5, 9)

  • El primer "ay" ha pasado; quedan todavía dos "ayes". (Apocalipsis 9, 12)

  • Después, la voz del cielo que había oído me habló de nuevo y me dijo: "Anda, toma el libro abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra". (Apocalipsis 10, 8)

  • La adorarán todos los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos desde el principio del mundo en el libro de la vida del cordero degollado. (Apocalipsis 13, 8)

  • La bestia que has visto era, pero ya no es; va a subir del abismo y a encaminarse hacia su ruina. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se llenarán de estupor cuando vean reaparecer a la bestia que era y ya no es. (Apocalipsis 17, 8)

  • Vi los muertos, grandes y pequeños, en pie delante del trono; entonces fueron abiertos los libros; fue abierto también otro libro, el libro de la vida. Y los muertos fueron juzgados según el contenido de los libros, cada uno según sus obras. (Apocalipsis 20, 12)

  • Y el que no fue encontrado escrito en el libro de la vida fue arrojado al estanque de fuego. (Apocalipsis 20, 15)

  • Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido; y el mar ya no existía. (Apocalipsis 21, 1)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina