Encontrados 34 resultados para: Quemado

  • "Toma otro libro y vuelve a escribir en él las mismas palabras que había en el libro anterior quemado por Joaquín, rey de Judá. (Jeremías 36, 28)

  • Y contra Joaquín, rey de Judá, dirás: Esto dice el Señor: Tú has quemado este libro, diciendo: ¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin remedio el rey de Babilonia, devastará este país y exterminará de él hombres y animales? (Jeremías 36, 29)

  • Jeremías, pues, tomó otro libro y se lo entregó a su secretario Baruc, hijo de Nerías, el cual escribió en él, al dictado de Jeremías, todas las palabras del libro que había quemado Joaquín, rey de Judá. Fueron añadidas además otras muchas del mismo género. (Jeremías 36, 32)

  • La causa de todo esto es que vosotros habéis quemado ofrendas pecando así contra el Señor, y no habéis escuchado su voz ni habéis caminado según su ley, sus preceptos y sus ordenanzas. Por eso os han sobrevenido todas estas desventuras, como sucede actualmente". (Jeremías 44, 23)

  • Y sabréis que yo soy el Señor, cuando sus cadáveres, atravesados, estén allí en medio de sus ídolos, alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en la cima de todos los montes, bajo todo árbol verde y bajo toda encina frondosa, dondequiera que hayan quemado los perfumes agradables a todos sus ídolos. (Ezequiel 6, 13)

  • No, se echa al fuego para que lo consuma: el fuego consume sus dos extremos, y el centro queda quemado; ¿acaso es útil todavía para alguna obra? (Ezequiel 15, 4)

  • Ya cuando estaba intacto no se podía hacer nada con él; pues, ¿se podrá hacer algo con él después que el fuego lo ha quemado y consumido? (Ezequiel 15, 5)

  • Los sátrapas, prefectos, gobernadores y ministros se acercaron y comprobaron que el fuego no había hecho ningún mal a la persona de aquellos jóvenes y que ni siquiera un pelo de su cabeza se había quemado, ni sus vestidos se habían alterado; más aún, ni el olor del fuego había quedado en ellos. (Daniel 3, 94)

  • Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Moab y por cuatro no le perdonaré; por haber quemado los huesos del rey de Edón hasta calcinarlos, (Amós 2, 1)

  • En efecto, el cuerpo de las víctimas, cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el santuario para el rito de la absolución de los pecados, es quemado fuera del campamento. (Hebreos 13, 11)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina