Encontrados 153 resultados para: Simón

  • Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Le contestaron: "Nosotros también vamos contigo". Salieron y subieron a la barca. Aquella noche no pescaron nada. (Juan 21, 3)

  • Entonces el discípulo preferido de Jesús dijo a Pedro: "Es el Señor". Simón Pedro, al oír que era el Señor, se vistió, pues estaba desnudo, y se echó al mar. (Juan 21, 7)

  • Simón Pedro subió a la barca y sacó a tierra la red llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y, a pesar de ser tantos, no se rompió la red. (Juan 21, 11)

  • Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Pedro le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te amo". Jesús le dijo: "¡Apacienta mis corderos!". (Juan 21, 15)

  • Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te amo". Jesús le dijo: "¡Apacienta mis ovejas!". (Juan 21, 16)

  • Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba, y le respondió: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo". Jesús le dijo: "¡Apacienta mis ovejas!". (Juan 21, 17)

  • Y así que entraron, subieron a la estancia de arriba, donde se alojaban habitualmente. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. (Hechos 1, 13)

  • Hacía tiempo que venía practicando la magia en la ciudad un tal Simón, que tenía asombrada a la gente de Samaría, diciendo que él era algo grande. (Hechos 8, 9)

  • El mismo Simón creyó y se bautizó; y ya no se apartaba de Felipe, viendo maravillado los prodigios y milagros insignes que hacía. (Hechos 8, 13)

  • Simón, al ver que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo, les ofreció dinero, (Hechos 8, 18)

  • Simón respondió: "Pedid vosotros por mí al Señor para que no me suceda nada de lo que acabáis de decir". (Hechos 8, 24)

  • Y se quedó bastantes días en Jafa, en casa de un tal Simón, que era curtidor. (Hechos 9, 43)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina