Encontrados 31 resultados para: Tablas

  • Éstas son las palabras que el Señor dirigió a toda vuestra comunidad sobre la montaña, en medio de fuego, de nube y de tinieblas, con fuerte voz, sin añadir más. Las escribió sobre dos tablas de piedra, que me entregó. (Deuteronomio 5, 22)

  • Cuando subí yo a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor hacía con vosotros, permanecí sobre la cima cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber. (Deuteronomio 9, 9)

  • Y el Señor me dio las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, las cuales respondían exactamente a los mandamientos que el Señor os había anunciado en la montaña, en medio del fuego, el día de la asamblea. (Deuteronomio 9, 10)

  • Al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, (Deuteronomio 9, 11)

  • Yo bajé de la montaña, que estaba en llamas, trayendo en mis manos las dos tablas de la alianza. (Deuteronomio 9, 15)

  • tiré las tablas que traía en las manos y las hice pedazos ante vuestros ojos. (Deuteronomio 9, 17)

  • Entonces el Señor me dijo: Talla dos tablas de piedra como las primeras, tráemelas a la montaña y hazte un arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)

  • Yo escribiré sobre las tablas las palabras escritas sobre las primeras, que tú rompiste, y luego las guardarás en el arca. (Deuteronomio 10, 2)

  • Hice, pues, un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra como las primeras y subí con ellas a la montaña. (Deuteronomio 10, 3)

  • Como la primera vez, el Señor escribió sobre las tablas los diez mandamientos que él os había dictado sobre la montaña en medio del fuego, el día de la asamblea, y me las dio. (Deuteronomio 10, 4)

  • Yo bajé del monte, coloqué las tablas en el arca que había hecho, y allí quedaron depositadas, como el Señor me había ordenado. (Deuteronomio 10, 5)

  • En el arca no había más que las dos tablas de piedra, que puso allí Moisés en el Horeb, cuando el Señor hizo la alianza con los israelitas a su salida de Egipto. (I Reyes 8, 9)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina