Encontrados 63 resultados para: Vendrá

  • Y contra Joaquín, rey de Judá, dirás: Esto dice el Señor: Tú has quemado este libro, diciendo: ¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin remedio el rey de Babilonia, devastará este país y exterminará de él hombres y animales? (Jeremías 36, 29)

  • ¿Dónde están ahora los profetas que os profetizaban: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros ni contra este país? (Jeremías 37, 19)

  • Vendrá y herirá a la tierra de Egipto. ¡A quien esté destinado a la peste, la peste; a quien al cautiverio, cautiverio; a quien a la espada, espada! (Jeremías 43, 11)

  • Vendrá desgracia sobre desgracia, una mala noticia detrás de otra. Pedirán al profeta una visión; la ley se habrá ausentado del sacerdote, de los ancianos el consejo. (Ezequiel 7, 26)

  • Él me respondió: La cuarta bestia significa que vendrá al mundo un cuarto reino, distinto de los otros, el cual devorará toda la tierra, la pisoteará, y la triturará. (Daniel 7, 23)

  • Entonces me dijo: "¿Sabes por qué he venido? Ahora me marcho otra vez a luchar con el príncipe de Persia. Cuando haya terminado, vendrá el príncipe de Grecia. (Daniel 10, 20)

  • Después vendrá a la tierra santa, donde caerán muchísimos, pero se escaparán de sus manos los siguientes países: Edón, Moab y la parte principal de Amón. (Daniel 11, 41)

  • Plantará las tiendas reales entre el mar y los montes de la tierra santa. Pero entonces llegará a su fin y nadie vendrá a socorrerlo. (Daniel 11, 45)

  • Esforcémonos en conocer al Señor. Es cierta como la aurora su venida: vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia de primavera que fecunda la tierra. (Oseas 6, 3)

  • Voy a destruirte, Israel; ¿quién vendrá en tu socorro? (Oseas 13, 9)

  • Cada cual se sentará bajo su parra, a la sombra de su higuera, y ninguno vendrá a turbar su paz; lo ha dicho el Señor omnipotente. (Miqueas 4, 4)

  • Y tú, Torre del Rebaño, Fortaleza de la hija de Sión, a ti vendrá el antiguo poder, el reino de la hija de Jerusalén. (Miqueas 4, 8)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina