Encontrados 157 resultados para: animales impuros

  • la carrera invisible de animales que brincan, el rugido de ferocísimas bestias, el eco repercutiendo en las concavidades de las montañas, todo los dejaba paralizados de terror. (Sabiduría 17, 19)

  • pues los animales terrestres se volvían acuáticos, y los que nadan se trasladaban a la tierra. (Sabiduría 19, 19)

  • Las llamas, por el contrario, no consumían las carnes de endebles animales que en ellas se movían, ni se derretía aquel alimento celestial, semejante al rocío y tan frágil como él. (Sabiduría 19, 21)

  • Allí no existen más que obras extraordinarias y maravillosas, mil géneros de animales y monstruos marinos. (Eclesiástico 43, 25)

  • Yo exclamé: ¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros; vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, al Señor todopoderoso. (Isaías 6, 5)

  • No es suficiente el Líbano para procurar leña, ni bastan sus animales para el holocausto. (Isaías 40, 16)

  • Bel vacila, Nebo se desploma; sus ídolos son carga de animales y bestias, llevados como fardos sobre bestias extenuadas. (Isaías 46, 1)

  • Por eso, esto dice el Señor: He aquí que mi cólera, mi furor, se va a desencadenar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Y quemará sin apagarse. (Jeremías 7, 20)

  • Alzad sobre los montes llantos y lamentos, una elegía por los pastizales de la estepa, pues han sido abrasados y nadie pasa ya por ellos ni se siente el mugir de los ganados. Aves del cielo y animales han huido, se han ido. (Jeremías 9, 9)

  • Yo, con mi gran fuerza y desplegando mi poder he hecho la tierra, los hombres y los animales que existen sobre ella, y se la doy a quien quiero. (Jeremías 27, 5)

  • Vienen días -dice el Señor- en que yo sembraré en la casa de Israel y en la casa de Judá simiente de hombres y simiente de animales. (Jeremías 31, 27)

  • Aún se comprarán campos en este país, del que afirmáis: "Es un desierto sin hombres ni animales; ha caído en manos de los caldeos". (Jeremías 32, 43)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina