Encontrados 55 resultados para: asnos

  • Su marido fue a buscarla para convencerla de que volviera con él. Llevaba consigo un criado y dos asnos. Ella lo hizo entrar en casa; (Jueces 19, 3)

  • Pero el levita no quiso pasar allí la noche. Se levantó y se fue. Avistaron a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba los dos asnos cargados, la concubina y el criado. (Jueces 19, 10)

  • Tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y pan y vino para mí, para tu sierva y para el joven que acompaña a tu siervo. No nos falta nada". (Jueces 19, 19)

  • Los llevó a su casa, echó de comer a sus asnos, se lavaron los pies y después comieron y bebieron. (Jueces 19, 21)

  • Se adueñará de vuestros criados y criadas, de vuestros mejores bueyes y asnos para emplearlos en su servicio. (I Samuel 8, 16)

  • Anda, castiga a Amalec y destruye sin piedad todas sus cosas; mata hombres y mujeres, mayores y pequeños, bueyes y ovejas, camellos y asnos". (I Samuel 15, 3)

  • A Nob, ciudad sacerdotal, Saúl la pasó a espada: hombres y mujeres, niños, hasta los de pecho, bueyes, asnos y ovejas. (I Samuel 22, 19)

  • Rápidamente Abigaíl tomó doscientos panes y dos odres de vino, cinco carneros ya preparados, cuarenta kilos de grano tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos secos. Lo cargó todo sobre asnos (I Samuel 25, 18)

  • David devastaba la tierra y no dejaba con vida ni hombre ni mujer; se apoderaba de ovejas, bueyes, asnos, camellos y vestidos, y se volvía a Aquís. (I Samuel 27, 9)

  • Apenas había David traspasado la cumbre, cuando Sibá, el servidor de Meribaal le salió al encuentro con dos asnos aparejados, que llevaban doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutos del tiempo y un odre de vino. (II Samuel 16, 1)

  • El rey preguntó a Sibá: "¿Qué quieres hacer con esto?". Sibá respondió: "Los asnos son para la familia del rey, para que monte en ellos; el pan y el fruto del tiempo, para que coman los muchachos, y el vino, para dar de beber al que esté fatigado en el desierto". (II Samuel 16, 2)

  • Y para salvar sus vidas, se levantaron y se dieron a la fuga al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos y el campamento, tal como estaba. (II Reyes 7, 7)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina