Encontrados 636 resultados para: ave
Porque el santificador y los santificados tienen todos el mismo origen. Por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, (Hebreos 2, 11)
Y ¿contra quién se irritó Dios durante cuarenta años? ¿No fue contra los culpables, cuyos cadáveres cayeron en el desierto? (Hebreos 3, 17)
Cristo, por el contrario, se presentó como sumo sacerdote de los bienes venideros, a través de un tabernáculo más santo y más perfecto, no hecho por mano de hombre, es decir, no de esta creación, (Hebreos 9, 11)
siguiendo el camino nuevo y viviente que él ha inaugurado a través de la cortina, es decir, de su propia carne, (Hebreos 10, 20)
Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse "su Dios", porque les ha preparado una ciudad. (Hebreos 11, 16)
de quienes no era digno el mundo, errantes por los desiertos, las montañas, las cavernas y cuevas de la tierra. (Hebreos 11, 38)
De la misma manera las naves, que, aun siendo tan grandes y azotadas por vientos impetuosos, son dirigidas por un pequeño timón, según la voluntad del piloto. (Santiago 3, 4)
Toda clase de bestias y de aves, de reptiles y de peces es domable, y ha sido de hecho domada por los hombres. (Santiago 3, 7)
pero hacedlo con dulzura y con respeto, con la conciencia tranquila, para que los que interpretan mal vuestra vida cristiana queden avergonzados de sus mismas palabras. (I Pedro 3, 16)
pero si padece por ser cristiano, no se avergüence, antes al contrario dé gracias a Dios porque lleva este nombre. (I Pedro 4, 16)
Ahora, hijos míos, permaneced unidos a Cristo, para que, cuando él venga, podamos sentirnos seguros y no nos avergoncemos de encontrarnos lejos de él en su venida. (I Juan 2, 28)
estuve muerto, pero ya estoy vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la muerte y del abismo. (Apocalipsis 1, 18)