Encontrados 132 resultados para: batalla final

  • Después el Señor saldrá a campaña y peleará contra esas naciones como cuando luchaba el día de la batalla. (Zacarías 14, 3)

  • Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al final tuvo hambre. (Mateo 4, 2)

  • Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él, y entran y se instalan allí. Así el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Eso sucederá también a esta generación malvada". (Mateo 12, 45)

  • donde durante cuarenta días fue tentado por el diablo. Durante esos días no comió nada, y al final tuvo hambre. (Lucas 4, 2)

  • Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él, entran todos y se instalan allí. Así el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero". (Lucas 11, 26)

  • Pero ahora, libres del pecado y al servicio de Dios, tenéis como fruto la consagración a Dios y como resultado final la vida eterna. (Romanos 6, 22)

  • Si la corneta da un sonido indefinido, ¿quién se pondrá en orden de batalla? (I Corintios 14, 8)

  • En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, su estado final viene a ser peor que el primero. (II Pedro 2, 20)

  • y ha reservado en eterna prisión, en el fondo de las tinieblas, para el día del juicio final, a los ángeles que no guardaron su condición privilegiada y perdieron su propia mansión; (Judas 1, 6)

  • su pecho, como una coraza de hierro, y el rumor de sus alas, como el ruido de carros de muchos caballos que corren a la batalla; (Apocalipsis 9, 9)

  • Entonces hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles combatieron, (Apocalipsis 12, 7)

  • y saldrá a seducir a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y Magog, con el fin de reunirlos para la batalla, en número tan grande como la arena del mar. (Apocalipsis 20, 8)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina