Encontrados 14 resultados para: bendecir

• Tan pronto como Isaac acabó de bendecir a Jacob y éste salió de su presencia, volvió de la caza su hermano Esaú. (Génesis 27, 30)

• Yo tengo orden de bendecir; bendeciré y no me volveré atrás. (Números 23, 20)

• Balaán vio que el Señor se complacía en bendecir a Israel, y no fue ya como las otras veces en busca de presagios, sino que se volvió de cara al desierto. (Números 24, 1)

• El Señor puso entonces aparte la tribu de Leví, destinándola a llevar el arca de la alianza del Señor, a estar en su presencia, darle culto y bendecir en su nombre, como siguen haciendo hasta hoy. (Deuteronomio 10, 8)

• El Señor abrirá para ti su maravilloso tesoro, los cielos, para dar a su tiempo la lluvia a tu tierra y bendecir las obras de tus manos. Prestarás a muchas gentes y de nadie tomarás prestado. (Deuteronomio 28, 12)

• En cuanto entréis en la ciudad, buscadlo rápidamente, antes de que suba al alto para la comida. El pueblo no comienza a comer antes de que llegue él, porque es él quien tiene que bendecir el sacrificio; después de esto comerán los invitados. Por tanto, subid rápidamente, y lo encontraréis". (I Samuel 9, 13)

• Dígnate bendecir la casa de tu siervo para que permanezca siempre en tu presencia. Porque eres tú, Señor, el que has hablado, y con tu bendición la casa de tu siervo será bendita para siempre". (II Samuel 7, 29)

• Todo el pueblo se fue cada uno a su casa, y David se fue a bendecir la suya. (I Crónicas 16, 43)

• Hijos de Amrán: Aarón y Moisés. Aarón fue elegido, con sus hijos, para servir perpetuamente en las cosas más santas: ofrecer el incienso delante del Señor, darle culto y bendecir en su nombre eternamente. (I Crónicas 23, 13)

• Pues me había avergonzado de solicitar del rey tropa y gente de a caballo para protegernos de eventuales enemigos durante el viaje, después de haber hablado al rey en estos términos: "La mano de nuestro Dios se extiende para bendecir a todos los que lo buscan; su poder y su furor caen sobre todos los que lo abandonan". (Esdras 8, 22)

• Y ahora, hijos míos, os mando que sirváis a Dios sinceramente. Haced lo que a él le agrada, enseñad a vuestros hijos la justicia y la misericordia. Que se acuerden de Dios, de bendecir sinceramente su nombre en todo tiempo y con todas sus fuerzas. (Tobías 14, 8)

• Recogieron las armas y el botín de los enemigos y celebraron el sábado, no cesando de alabar y bendecir a Dios, que los había salvado en aquel día y había comenzado a manifestarles su misericordia. (II Macabeos 8, 27)