Encontrados 943 resultados para: caída de Jerusalén

  • Manasés tenía doce años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco. Su madre se llamaba Jefsibá. (II Reyes 21, 1)

  • Construyó también altares en el templo del Señor, del que el Señor había dicho: "Pondré en Jerusalén mi nombre". (II Reyes 21, 4)

  • Y hasta puso la imagen de Aserá en el templo del Señor, del que el Señor había dicho a David y a Salomón, su hijo: "En este templo y en Jerusalén, elegida por mí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; (II Reyes 21, 7)

  • el Señor, Dios de Israel, dice lo siguiente: Voy a acarrear sobre Jerusalén y sobre Judá una desventura tal que zumbarán los oídos de todos los que la oigan. (II Reyes 21, 12)

  • Y extenderé sobre Jerusalén la cuerda de Samaría y la plomada de la casa de Ajab, y fregaré a Jerusalén como se friega un plato, y fregado se vuelve boca abajo. (II Reyes 21, 13)

  • Además, Manasés vertió muchísima sangre inocente, hasta anegar Jerusalén de extremo a extremo, aun prescindiendo del pecado que hizo cometer a Judá haciendo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Reyes 21, 16)

  • Amón tenía veintidós años cuando subió al trono, y reinó dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Mesulémet, hija de Jarús, de Yotbá. (II Reyes 21, 19)

  • Josías tenía ocho años cuando subió al trono, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yedidá, hija de Adaya, de Boscat. (II Reyes 22, 1)

  • El sacerdote Jelcías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticua y nieto de Jarjás, el guardarropa del templo. Juldá vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso, (II Reyes 22, 14)

  • El rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén, (II Reyes 23, 1)

  • fue al templo del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes, y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo del Señor. (II Reyes 23, 2)

  • El rey ordenó al sumo sacerdote Jelcías, al sacerdote segundo y a los guardianes de la puerta sacar fuera del templo del Señor todos los utensilios del culto de Baal, de Aserá y de los astros del cielo; los quemó a las afueras de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)


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