Encontrados 431 resultados para: comida en el desierto

  • Porque está escrito en el libro de los Salmos: Que su morada se convierta en un desierto y no haya quien habite en ella. Y: que ocupe otro su cargo. (Hechos 1, 20)

  • Cuarenta años después, se le apareció en el desierto del monte Sinaí un ángel en la llama de una zarza ardiente. (Hechos 7, 30)

  • Él fue quien los sacó, obrando prodigios y milagros en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. (Hechos 7, 36)

  • Él es el que, en la asamblea, en el desierto, estuvo con el ángel que les hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; el que escribió palabras de vida para transmitírnoslas; (Hechos 7, 38)

  • Dios, entonces, les volvió las espaldas y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los profetas: ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto durante cuarenta años, casa de Israel? (Hechos 7, 42)

  • Nuestros padres tenían en el desierto la tienda del testimonio, como ordenó aquel que dijo a Moisés que lo hiciera según el modelo que había visto. (Hechos 7, 44)

  • El ángel del Señor dijo a Felipe: "Ponte en marcha hacia el sur, por el camino que va de Jerusalén a Gaza a través del desierto". (Hechos 8, 26)

  • Por espacio de cuarenta años los asistió en el desierto, (Hechos 13, 18)

  • sin embargo, no ha cesado jamás de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, mandándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas y saciándoos de comida y llenando vuestros corazones de felicidad". (Hechos 14, 17)

  • ¿Es que no eres tú el egipcio que hace unos días amotinó a cuatro mil guerrilleros y se fue al desierto con ellos?". (Hechos 21, 38)

  • Porque si por comer de algo haces daño a tu hermano, ya no te guías por el amor. Que tu comida no sea causa de que se pierda aquel por quien Cristo ha muerto. (Romanos 14, 15)

  • porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. (Romanos 14, 17)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina