Encontrados 66 resultados para: consagrado
el rey David consagró al Señor, junto con la plata y el oro que ya había consagrado, procedentes de las naciones que él había sometido: (II Samuel 8, 11)
exterminaré a Israel de la tierra que les he dado y retiraré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, e Israel será irrisión y burla de todos los pueblos. (I Reyes 9, 7)
Y dijo al rey: "Por haber dejado escapar al hombre que yo había consagrado al exterminio, tu vida responderá por la suya y tu pueblo por su pueblo". (I Reyes 20, 42)
Todo lo que había consagrado Samuel, el vidente; Saúl, hijo de Quis; Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Sarvia; todo lo consagrado estaba bajo la custodia de Selomit y sus hermanos. (I Crónicas 26, 28)
Yo he elegido y consagrado este templo para que resida en él mi nombre por siempre y para que en él estén siempre fijos mis ojos y mi corazón. (II Crónicas 7, 16)
yo os arrancaré de mi tierra, que os he dado, y retiraré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, para que sea irrisión, burla y escarnio de todos los pueblos. (II Crónicas 7, 20)
bajo sus órdenes Amasías, hijo de Zicrí, que se había consagrado voluntariamente al servicio del Señor, con 200.000. (II Crónicas 17, 16)
Igualmente, todos los jefes de los sacerdotes y del pueblo multiplicaron las infidelidades, siguiendo las prácticas abominables de las naciones y profanando el templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén. (II Crónicas 36, 14)
Entonces Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote-escriba, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: "Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes, no lloréis". Porque todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley. (Nehemías 8, 9)
Nehemías les dijo: "Id y comed buenos platos, bebed buenos vinos e invitad a los que no tienen nada preparado, pues este día está consagrado al Señor. ¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!". (Nehemías 8, 10)
Cuando yo era joven y me encontraba en la tierra de Israel, toda la tribu de nuestro padre Neftalí se había separado de la dinastía de David y de Jerusalén, ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer sacrificios, pues allí se había construido y consagrado para siempre el templo, morada de Dios. (Tobías 1, 4)
he encontrado a mi siervo David, y lo he consagrado con el óleo santo; (Salmos 89, 21)