Encontrados 304 resultados para: doce tribus

  • Toda la gente, en todas las tribus de Israel, discutía en estos términos: "El rey nos ha salvado del poder de nuestros enemigos; él nos ha librado del poder de los filisteos y ahora ha tenido que huir del país a causa de Absalón. (II Samuel 19, 10)

  • Sebá recorrió todas las tribus de Israel y llegó a Abel Bet Maacá; todos los bicritas se reunieron y le siguieron. (II Samuel 20, 14)

  • El rey dijo a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: "Recorred todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, y haced el censo del pueblo para que sepa yo su número". (II Samuel 24, 2)

  • Salomón tenía por todo Israel doce intendentes, que abastecían al rey y su palacio cada uno durante un mes al año. (I Reyes 4, 7)

  • Salomón tenía caballerizas para cuarenta mil caballos de tiro, destinados a sus carros, y para doce mil caballos de silla. (I Reyes 5, 6)

  • la cual descansaba sobre doce toros, tres de ellos vueltos al norte, tres al sur, tres al este y tres al oeste, y todas sus partes traseras quedaban hacia dentro. (I Reyes 7, 25)

  • la pila y los doce toros; (I Reyes 7, 44)

  • Salomón convocó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a los jefes de las tribus y de las familias israelitas, para llevar el arca de la alianza del Señor, desde Sión, la ciudad de David. (I Reyes 8, 1)

  • Desde el día que saqué a mi pueblo de Egipto, no he escogido ninguna ciudad de entre las tribus de Israel para que se me construyera en ella un templo a mi nombre, sino que elegí a David para que estuviese al frente de mi pueblo Israel. (I Reyes 8, 16)

  • y doce leones a ambos lados de las gradas. Nunca se había hecho cosa semejante en reino alguno. (I Reyes 10, 20)

  • Salomón reunió carros y caballos, llegando a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos, que destacó en las ciudades de guarnición y en Jerusalén, junto al rey. (I Reyes 10, 26)

  • Ajías cogió el manto nuevo que llevaba y lo rasgó en doce pedazos. (I Reyes 11, 30)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina