Encontrados 1144 resultados para: enemigos de Judá

  • pues os han tratado como enemigos seduciéndoos con sus malas artes en el caso de Fegor y de Cozbí, hermana de los madianitas e hija de uno de sus jefes, la que murió el día del azote sobrevenido con ocasión de lo de Fegor". (Números 25, 18)

  • Hijos de Judá: Er y Onán, que murieron en la tierra de Canaán. (Números 26, 19)

  • Hijos de Judá, por clanes: de Selá, el clan selaíta; de Fares, el clan faresita; de Zéraj, el clan zerajita. (Números 26, 20)

  • Tales eran los clanes de Judá. Se registraron 76.500. (Números 26, 22)

  • y si todos vuestros hombres de guerra pasan el Jordán a las órdenes del Señor hasta que hayan echado de su presencia todos sus enemigos, (Números 32, 21)

  • Éstos son sus nombres: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné; (Números 34, 19)

  • Y vuestros niños, los mismos que vosotros creíais presa de los enemigos, vuestros hijos que todavía no tienen uso de razón, éstos serán los que han de entrar. A ellos se la daré en propiedad. (Deuteronomio 1, 39)

  • Pero el Señor me dijo: Diles: No subáis ni combatáis, para que no os veáis derrotados por vuestros enemigos, pues yo no estoy con vosotros. (Deuteronomio 1, 42)

  • cuando eche delante de ti a todos tus enemigos, como él lo ha dicho. (Deuteronomio 6, 19)

  • El Señor alejará de ti toda enfermedad y no te enviará ninguna de las malignas plagas de Egipto, que tú bien conoces, sino que las descargará sobre tus enemigos. (Deuteronomio 7, 15)

  • Pero cuando crucéis el Jordán y viváis en la tierra que el Señor, vuestro Dios, os da en posesión, allí estaréis defendidos de todos los enemigos que os rodean, viviréis en seguridad (Deuteronomio 12, 10)

  • Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y los carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo de ello, pues el Señor, tu Dios, está contigo, el mismo que te sacó de Egipto. (Deuteronomio 20, 1)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina