Encontrados 869 resultados para: espada del Espíritu

  • Josué se apoderó de todas las ciudades de estos reyes, y a todos los pasó a filo de espada, consagrándolos al exterminio, como había mandado Moisés, siervo del Señor. (Josué 11, 12)

  • Todo el botín de estas ciudades, incluido el ganado, lo tomaron para ellos los israelitas; pero a todas las personas las pasaron a filo de espada hasta su total exterminio, sin dejar ni un superviviente. (Josué 11, 14)

  • Los israelitas pasaron, además, a filo de espada a Balaán, hijo de Beor, el adivino, y a otros muchos más; (Josué 13, 22)

  • Pero como este territorio les resultaba estrecho, los de la tribu de Dan subieron a atacar a Lesén, la tomaron y la pasaron a filo de espada; la ocuparon y se establecieron en ella. La llamaron Lesén-Dan, del nombre de Dan, su padre. (Josué 19, 47)

  • Mandé delante de vosotros avispas, que pusieron en fuga a los dos reyes amorreos. Esto no lo debes a tu espada ni a tu arco. (Josué 24, 12)

  • Los de la tribu de Judá atacaron Jerusalén y la tomaron, pasaron a filo de espada a todos sus habitantes y le prendieron fuego. (Jueces 1, 8)

  • Él les indicó por dónde podían entrar en la ciudad. Pasaron a filo de espada a la ciudad, pero dejaron libre a aquel hombre con toda su parentela. (Jueces 1, 25)

  • El espíritu del Señor vino sobre él, fue juez de Israel y salió a combatir contra Cusán Risatayín, rey de Edón; el Señor se lo puso en sus manos y lo derrotó. (Jueces 3, 10)

  • Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Goyín. Todo el ejército de Sísara cayó bajo el filo de la espada y no escapó ni un solo hombre. (Jueces 4, 16)

  • Entonces el espíritu del Señor se apoderó de Gedeón, tocó la trompeta, y Abiezer le siguió. (Jueces 6, 34)

  • Su compañero le contestó: "Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, de Israel. Dios ha entregado en su mano a los madianitas y a todo el campamento". (Jueces 7, 14)

  • Mientras los trescientos tocaban las trompetas, el Señor hizo que cada uno volviese la espada contra su compañero. Todos huyeron hasta Bet Hassitá, hacia Serera, hasta la ribera de Abel Mejolá, frente por frente de Tabat. (Jueces 7, 22)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina