Encontrados 160 resultados para: guardar el sábado
Y luego, de pie en el estrado, selló ante la presencia del Señor el pacto de seguir al Señor, de guardar sus mandatos, sus instrucciones y sus leyes con todo el corazón y con toda el alma y de cumplir las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. (II Crónicas 34, 31)
Les diste a conocer tu santo sábado, les prescribiste mandamientos, preceptos y ley por medio de Moisés, tu siervo. (Nehemías 9, 14)
a no comprar nada en sábado o en día festivo a las gentes del país cuando traigan a vender grano o cualquier clase de mercancía; a dejar la tierra sin cultivar y a perdonar todas las deudas en el año séptimo. (Nehemías 10, 32)
En aquel tiempo se nombraron intendentes de los almacenes destinados a guardar las provisiones, las ofrendas, las primicias y los diezmos, para que recogiesen de ellas, del territorio de las diversas ciudades, las porciones legales correspondientes a los sacerdotes y levitas, pues los de Judá estaban contentos con los sacerdotes y levitas en funciones. (Nehemías 12, 44)
Por entonces advertí que había en Judá quienes en día de sábado pisaban los lagares, acarreaban los haces, los cargaban sobre los asnos, así como vino, uva, higos y toda clase de cargas, para traerlos a Jerusalén en día de sábado, y los amonesté para que no vendiesen sus productos en tal día. (Nehemías 13, 15)
Igualmente, algunos tirios que habitaban en la ciudad traían pescado y toda clase de mercancías, y las vendían en día de sábado a los judíos, y esto en la misma Jerusalén. (Nehemías 13, 16)
Yo reprendí a los jefes de Judá, diciéndoles: "¡Qué acción tan detestable cometéis profanando el día del sábado! (Nehemías 13, 17)
¿No fue esto lo que hicieron vuestros padres y por lo que nuestro Dios hizo caer sobre nosotros y sobre esta ciudad toda esta calamidad? ¡Y vosotros aumentáis el ardor de su ira contra Israel profanando el sábado!". (Nehemías 13, 18)
Por eso ordené que, en cuanto la sombra cubriese las puertas de Jerusalén, la víspera del sábado, se cerrasen las puertas, y que no se abrieran hasta después del sábado; y emplacé junto a las puertas algunos de mis hombres para que no entrase carga alguna en día de sábado. (Nehemías 13, 19)
Y yo los amonesté diciéndoles: "¿Por qué pernoctáis delante de la muralla? Si el hecho se repite, os echaré mano". Desde entonces no volvieron más en día de sábado. (Nehemías 13, 21)
Ordené también a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para que se santificara el sábado. ¡También por esto, acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí conforme a tu gran misericordia! (Nehemías 13, 22)
Bueno es guardar el secreto del rey, pero hay que celebrar y publicar las obras de Dios. Haced el bien, y no os ocurrirá ninguna desgracia. (Tobías 12, 7)