Encontrados 345 resultados para: guerra de canaán

  • Al ver el campo de los gentiles, poderoso, bien defendido y rodeado de la caballería, con hombres expertos en la guerra, (I Macabeos 4, 7)

  • Judas declaró entonces la guerra a los descendientes de Esaú en Idumea, en Acrabatene, porque asediaban a los israelitas. Les infligió una fuerte derrota, los humilló y se apoderó de su botín. (I Macabeos 5, 3)

  • Se reunieron, y comenzaron el asedio el año 150, con ballestas y máquinas de guerra. (I Macabeos 6, 20)

  • juntando un ejército de cien mil soldados de infantería, veinte mil de caballería y treinta y dos elefantes adiestrados para la guerra. (I Macabeos 6, 30)

  • Atravesaron Idumea, acamparon junto a Betsur y la asaltaron durante muchos días con máquinas de guerra; pero los sitiados salieron y quemaron las máquinas, luchando heroicamente. (I Macabeos 6, 31)

  • Durante muchos días acampó ante el templo y allí colocó ballestas, máquinas de guerra, lanzafuegos, catapultas, escorpiones para lanzar flechas y hondas. (I Macabeos 6, 51)

  • "No haya guerra entre vosotros y yo; llegaré a vosotros con pocos hombres para tratar como amigos". (I Macabeos 7, 28)

  • Los vencedores se apoderaron del botín de guerra, cortaron la cabeza de Nicanor y la mano derecha que él había levantado con orgullo, y la colgaron en Jerusalén a la vista de todos. (I Macabeos 7, 47)

  • Si estalla una guerra contra Roma o contra cualquiera de sus aliados en todo su imperio, (I Macabeos 8, 24)

  • Después de esto anunciaron a Jonatán y a Simón, su hermano, que los descendientes de Jambrí estaban celebrando una boda solemne y que llevaban desde Madaba, con gran pompa, a la novia, hija de uno de los más ilustres personajes de Canaán. (I Macabeos 9, 37)

  • Llegó a Betbasí, la sitió durante varios días y emplazó máquinas de guerra. (I Macabeos 9, 64)

  • Cuando se acercó a Asdod le mostraron el templo de Dagón incendiado, Asdod y sus alrededores destruidos, los cadáveres abandonados y los restos calcinados de todos los que Jonatán había quemado en la guerra, pues habían hecho montones a lo largo del recorrido del rey. (I Macabeos 11, 4)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina