Encontrados 95 resultados para: historia del antiguo testamento

  • Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo, íntegro, y entre sus compañeros seguía los caminos de Dios. (Génesis 6, 9)

  • Abrahán dijo al criado más antiguo de su casa, que llevaba la administración de todos sus bienes: "Pon tu mano bajo mi muslo. (Génesis 24, 2)

  • Historia de Isaac, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac, (Génesis 25, 19)

  • Sigue la historia de Jacob. José tenía diecisiete años cuando iba a apacentar el rebaño con sus hermanos, los hijos de Bihl y de Zilpa, mujeres de su padre. Y José contó a su padre la mala fama que tenían sus hermanos. (Génesis 37, 2)

  • Moisés envió mensajeros desde Cades: "Al rey de Edón. Esto dice tu hermano Israel: Tú conoces toda nuestra historia. (Números 20, 14)

  • El resto de la historia de Salomón, todo lo que hizo, y su sabiduría, está escrito en el libro de los hechos de Salomón. (I Reyes 11, 41)

  • El resto de la historia de Jeroboán, las guerras que hizo y cómo reinó, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 14, 19)

  • El resto de la historia de Roboán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (I Reyes 14, 29)

  • El resto de la historia de Abías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (I Reyes 15, 6)

  • El resto de la historia de Asá, todas sus proezas y todo lo que hizo, las ciudades que edificó, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. Únicamente que, en su vejez, estuvo enfermo de los pies. (I Reyes 15, 23)

  • El resto de la historia de Nadab y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 15, 31)

  • El resto de la historia de Basá, sus proezas y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 16, 5)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina