Encontrados 495 resultados para: horno de fuego

  • A vosotros, sin embargo, os tomó el Señor y os sacó del horno de Egipto para que fueseis el pueblo de su herencia hasta hoy. (Deuteronomio 4, 20)

  • porque el Señor, tu Dios, es fuego abrasador, Dios celoso. (Deuteronomio 4, 24)

  • ¿Hay pueblo que haya oído la voz de su Dios hablar en medio del fuego, como la has oído tú, y quede todavía con vida? (Deuteronomio 4, 33)

  • Desde el cielo te habló para enseñarte, y sobre la tierra te ha hecho ver su gran fuego y, de en medio del fuego, has oído sus palabras. (Deuteronomio 4, 36)

  • El Señor nos habló cara a cara sobre la montaña desde fuego. (Deuteronomio 5, 4)

  • Yo estaba entonces entre el Señor y vosotros como mediador de las palabras del Señor, pues vosotros no habíais subido a la montaña por miedo al fuego. Él dijo: (Deuteronomio 5, 5)

  • Éstas son las palabras que el Señor dirigió a toda vuestra comunidad sobre la montaña, en medio de fuego, de nube y de tinieblas, con fuerte voz, sin añadir más. Las escribió sobre dos tablas de piedra, que me entregó. (Deuteronomio 5, 22)

  • para decirme: Hemos visto al Señor, nuestro Dios, su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz en medio del fuego. Hoy hemos comprobado que Dios puede hablar al hombre y quedar éste con vida. (Deuteronomio 5, 24)

  • ¿Por qué, pues, morir devorados por ese gran fuego, si seguimos oyendo la voz del Señor, nuestro Dios? (Deuteronomio 5, 25)

  • Porque de todo ser viviente, ¿quién hay como nosotros que haya oído la voz del Dios vivo hablar de en medio del fuego y haya quedado con vida? (Deuteronomio 5, 26)

  • Reconoce desde ahora mismo que es el Señor, tu Dios, quien va delante de ti como fuego devorador, que los destruirá. Él los derrotará delante de ti, y tú los desalojarás y los aniquilarás rápidamente, según la promesa del Señor. (Deuteronomio 9, 3)

  • Y el Señor me dio las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, las cuales respondían exactamente a los mandamientos que el Señor os había anunciado en la montaña, en medio del fuego, el día de la asamblea. (Deuteronomio 9, 10)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina