Encontrados 1764 resultados para: israel

  • Amasías, sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboán, rey de Israel: "Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras. (Amós 7, 10)

  • Amós ha dicho: Jeroboán morirá a espada e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra". (Amós 7, 11)

  • El Señor me tomó de detrás del rebaño, diciéndome: Vete, profetiza a mi pueblo Israel. (Amós 7, 15)

  • Y ahora escucha la palabra del Señor. Tú dices: No profetices contra Israel, y no vaticines contra la casa de Isaac. (Amós 7, 16)

  • Pues bien, esto dice el Señor: Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada, tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra impura e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra". (Amós 7, 17)

  • Y me dijo: "¿Qué ves, Amós?". Yo contesté: "Una canasta de frutas maduras". El Señor me dijo: "Viene el fin sobre mi pueblo Israel; no le perdonaré más tiempo". (Amós 8, 2)

  • ¿No sois para mí como etíopes, israelitas?, dice el Señor. ¿No saqué a Israel de Egipto, a los filisteos de Creta y a los sirios de Quir? (Amós 9, 7)

  • Voy a dar órdenes de zarandear a la casa de Israel por todas las naciones como se zarandea en el cedazo, y ni una piedrecita caerá a tierra. (Amós 9, 9)

  • Yo reconduciré el resto de mi pueblo, Israel, y reconstruirán las ciudades derruidas y las habitarán, plantarán viñas y beberán su vino, harán huertos y comerán sus frutos. (Amós 9, 14)

  • Todo esto por la rebeldía de Jacob, por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es acaso Samaría? ¿Cuál es el pecado de Judá? ¿No es acaso Jerusalén? (Miqueas 1, 5)

  • Unce al carro los corceles, tú que habitas en Laquis, origen de los pecados de la hija de Sión, porque en ti se han encontrado las rebeliones de Israel. (Miqueas 1, 13)

  • Por eso habrás de renunciar a Moréset-Gat; Bet-Aczib será una desilusión para los reyes de Israel. (Miqueas 1, 14)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina