Encontrados 1948 resultados para: jacó hijo de isaac

  • Llegó a Derbe y luego a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía creyente y de padre griego. (Hechos 16, 1)

  • Le acompañaban Sópatros, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; y los asiáticos Tíquico y Trófimo. (Hechos 20, 4)

  • Pablo, sabiendo que una parte del tribunal eran saduceos y otra fariseos, gritó así: "Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; soy juzgado por la esperanza en la resurrección de los muertos". (Hechos 23, 6)

  • Pero el hijo de la hermana de Pablo, que tuvo conocimiento de la conjuración, se presentó, entró en la fortaleza y avisó a Pablo. (Hechos 23, 16)

  • acerca de su Hijo (nacido de la estirpe de David según la carne, (Romanos 1, 3)

  • constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santificación por su resurrección de la muerte) Jesucristo, nuestro Señor, (Romanos 1, 4)

  • Dios, a quien sirvo de todo corazón predicando el evangelio de su Hijo, es testigo de que os recuerdo constantemente, (Romanos 1, 9)

  • Porque si, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida. (Romanos 5, 10)

  • En efecto, lo que la ley era incapaz de hacer, debido a los bajos instintos del hombre, lo hizo Dios enviando a su propio Hijo en condición semejante a la del hombre pecador, como sacrificio por el pecado y para condenar el pecado en su misma naturaleza humana. (Romanos 8, 3)

  • Porque aquellos que de antemano conoció, también los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. (Romanos 8, 29)

  • El que no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente con él todas las cosas? (Romanos 8, 32)

  • no todos los descendientes de Abrahán son hijos suyos. Lo que se dijo fue esto: Tu descendencia se perpetuará por medio de Isaac. (Romanos 9, 7)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina