Encontrados 244 resultados para: lluvia de piedras

  • El rey logró que la plata y el oro abundaran en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la Sefela. (II Crónicas 1, 15)

  • Lo recubrió con piedras preciosas como adorno; el oro era oro de Parvaín. (II Crónicas 3, 6)

  • Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia por haber pecado contra ti, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten a causa de tu castigo, (II Crónicas 6, 26)

  • escucha tú en el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enséñales el buen camino por donde deben andar y manda la lluvia sobre la tierra que le diste en heredad. (II Crónicas 6, 27)

  • Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando ordene a la langosta devorar la tierra, cuando envíe la peste sobre mi pueblo, (II Crónicas 7, 13)

  • La reina de Sabá tuvo conocimiento de la fama de Salomón, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con enigmas. Iba revestida de poderío y seguida de una gran caravana de camellos cargados de aromas, oro en abundancia y piedras preciosas. Se presentó a Salomón y le planteó todo lo que pensaba. (II Crónicas 9, 1)

  • Luego ofreció al rey ciento cuatro mil kilos de oro y gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)

  • Los súbditos de Jirán y los súbditos de Salomón, que traían oro de Ofir, habían traído también de allí madera de sándalo y piedras preciosas. (II Crónicas 9, 10)

  • Logró que la plata abundara en Jerusalén como las piedras, y los cedros como los sicómoros en la Sefela. (II Crónicas 9, 27)

  • El rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción alguna, y se llevaron las piedras y el maderamen con que Basá fortificaba Ramá para fortificar con ello Guibeá y Mispá. (II Crónicas 16, 6)

  • Ezequías fue muy rico y famoso. Atesoró una gran cantidad de plata, oro, piedras preciosas, aromas, escudos y toda clase de objetos valiosos. (II Crónicas 32, 27)

  • a los carpinteros y canteros para comprar piedras talladas y maderas para trabajar y entarimar las habitaciones que estaban en estado ruinoso por incuria de los reyes de Judá. (II Crónicas 34, 11)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina