Encontrados 57 resultados para: luto

  • Jacob rasgó sus vestiduras, se puso un saco a la cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días. (Génesis 37, 34)

  • Sus hijos y sus hijas fueron todos a consolarle, pero él rechazó todo consuelo y dijo: "Quiero bajar de luto a la tumba con mi hijo". Y su padre lo lloró. (Génesis 37, 35)

  • Pasados los días de luto, José habló así a la corte del Faraón: "Si he hallado gracia a vuestros ojos, hablad al Faraón y decidle: (Génesis 50, 4)

  • Cuando llegaron a la era de Atad, al otro lado del Jordán, hicieron grandes y solemnes funerales; y José guardó por su padre un luto de siete días. (Génesis 50, 10)

  • Cuando los cananeos que habitaban en aquella región vieron aquel luto en la era de Atad se dijeron: "Éste es gran luto para los egipcios". Por eso pusieron el nombre de "Luto de Egipto" a la era que está al otro lado del Jordán. (Génesis 50, 11)

  • Nada de ello he comido estando de luto, nada he consumido en estado de impureza, ni lo he ofrecido a un muerto. He obedecido al Señor, mi Dios, y he cumplido todo lo que me has ordenado. (Deuteronomio 26, 14)

  • Los israelitas lloraron a Moisés treinta días en los llanos de Moab, cumpliéndose así los días del llanto por el luto de Moisés. (Deuteronomio 34, 8)

  • David dijo a Joab y a los que estaban con él: "Rasgad vuestras vestiduras, vestíos de saco y guardad luto por Abner". Y el rey David iba detrás del féretro. (II Samuel 3, 31)

  • Cuando la mujer de Urías supo que su esposo había muerto, le guardó luto. (II Samuel 11, 26)

  • Una vez terminado el luto, David mandó a buscarla, la llevó a su casa y la tomó por mujer. Ella dio a luz un hijo. Pero esto que hizo David desagradó al Señor. (II Samuel 11, 27)

  • Entonces Joab mandó a buscar a Técoa una mujer hábil y le dijo: "Finge que estás de luto y ponte vestidos de luto; no te perfumes, de modo que parezcas una mujer que, desde hace tiempo, lleva luto por un muerto. (II Samuel 14, 2)

  • Y aquel día la victoria se cambió en luto para todo el ejército, porque aquel día el ejército supo que el rey estaba afligido por su hijo. (II Samuel 19, 3)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina