Encontrados 38 resultados para: mala

  • La mala fama produce vergüenza y desprecio; así es el pecador de doble lengua. (Eclesiástico 6, 1)

  • Buena es la riqueza cuando es sin pecado, y mala la pobreza al decir del malvado. (Eclesiástico 13, 24)

  • No des salida al agua, ni a la mujer mala libertad de hablar. (Eclesiástico 25, 25)

  • Yugo de bueyes mal ajustado es la mujer mala; intentar dominarla es como coger un escorpión. (Eclesiástico 26, 7)

  • Recuerda que un ojo codicioso es mala cosa. ¿Qué hay peor que el ojo? Codicia cuanto ve. (Eclesiástico 31, 13)

  • Bien está sellar la puerta donde hay mujer mala, y donde hay muchas manos pon las cosas bajo llave. (Eclesiástico 42, 6)

  • Entonces, si clamas, el Señor responderá a tus gritos; dirá: ¡Aquí estoy! Si apartas el yugo de tu lado, el gesto amenazante y la mala idea, (Isaías 58, 9)

  • Morirán de mala muerte; no serán llorados ni sepultados, sino que quedarán como estiércol en el campo; perecerán por la espada y el hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias salvajes". (Jeremías 16, 4)

  • Habla, pues, ahora a las gentes de Judá y a los habitantes de Jerusalén de esta manera: "Esto dice el Señor: Mirad, yo estoy preparando contra vosotros una desgracia y madurando un proyecto en daño vuestro. Arrepentíos cada uno de vuestra mala conducta, mejorad vuestra conducta, vuestra manera de actuar". (Jeremías 18, 11)

  • Os he dicho: Convertíos cada uno de vuestra mala conducta y de vuestras perversas acciones, y viviréis en la tierra que el Señor os dio a vosotros y a vuestros padres desde siempre y para siempre. (Jeremías 25, 5)

  • Tal vez el pueblo de Judá, al escuchar todas las calamidades que proyecto mandarles, se convierta de su mala conducta y yo pueda perdonarles sus crímenes y sus pecados". (Jeremías 36, 3)

  • Tal vez eleven súplicas al Señor y se conviertan de su mala conducta; pues grande es la cólera y el furor con que el Señor ha amenazado a este pueblo". (Jeremías 36, 7)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina