Encontrados 23 resultados para: matanza

  • yo os destino a la espada, y todos sucumbiréis en la matanza; porque llamé y no respondisteis, hablé y no escuchasteis, hicisteis lo que es malo a mis ojos y elegisteis lo que a mí no me agrada. (Isaías 65, 12)

  • Por esto, vienen días -dice el Señor- en que no se dirá más "Tofet" ni "valle de Ben-Hinnón", sino "valle de la matanza". Y Tofet llegará a ser lugar de sepultura por no haber otro lugar. (Jeremías 7, 32)

  • A mí en cambio, Señor, me conoces, pruebas mi corazón y ves que está contigo. Sepáralos como ovejas para el matadero, guárdalos para el día de la matanza. (Jeremías 12, 3)

  • Por eso vienen días -dice el Señor- en que este lugar no se llamará ya "Tofet" ni "Valle de Ben-Hinnón", sino "Valle de Matanza". (Jeremías 19, 6)

  • ¡Gritad, pastores; gritad, revolcaos en la tierra, mayorales del rebaño, porque ha llegado el día de vuestra matanza; caeréis como carneros escogidos! (Jeremías 25, 34)

  • Al enterarse Juan, hijo de Carej, y todos los jefes de las tropas que lo acompañaban de la matanza cometida por Ismael, (Jeremías 41, 11)

  • Tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas; que la espada se duplique, se triplique: la espada de la matanza, la gran espada de la matanza que los tiene rodeados. (Ezequiel 21, 19)

  • La suerte cae a su derecha: Jerusalén, para situar arietes, dar órdenes de matanza, lanzar el grito de guerra, levantar arietes contra las puertas, amontonar terraplenes, disponer el cerco. (Ezequiel 21, 27)

  • Y tú, hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios contra los amonitas y contra sus insultos. Les dirás: ¡La espada, la espada está desenvainada para la matanza, bruñida para exterminar, fulgurar, (Ezequiel 21, 33)

  • Efraín, según veo, ha hecho de sus hijos una presa, y los entrega a la matanza. (Oseas 9, 13)

  • Habéis vivido sobre la tierra en delicias y placeres y habéis engordado para el día de la matanza. (Santiago 5, 5)


“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina