Encontrados 304 resultados para: mujeres

  • y distribuyó a todos los israelitas presentes, hombres y mujeres, una torta de pan a cada uno, un pedazo de carne y un racimo de uvas pasas. (I Crónicas 16, 3)

  • ¡Dichosas tus mujeres!, ¡dichosos tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tu sabiduría! (II Crónicas 9, 7)

  • Roboán amó a Maacá, hija de Absalón, más que a todas las demás mujeres y concubinas. Tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas, con las que tuvo veintiocho hijos y sesenta hijas. (II Crónicas 11, 21)

  • Tuvo la sagacidad de repartir a sus hijos por todos los territorios de Judá y de Benjamín y las ciudades fortificadas, les dio abundancia de provisiones y les procuró muchas mujeres. (II Crónicas 11, 23)

  • Abías, por el contrario, se reafirmó; tuvo catorce mujeres, veintidós hijos y dieciséis hijas. (II Crónicas 13, 21)

  • Todo el que no buscara al Señor, Dios de Israel, sin distinguir entre grandes o pequeños, hombres o mujeres, sería condenado a muerte. (II Crónicas 15, 13)

  • Todo Judá permanecía de pie delante del Señor, incluidas sus mujeres e hijos pequeños. (II Crónicas 20, 13)

  • el Señor va a descargar sobre tu pueblo, tus hijos, tus mujeres y tu hacienda una gran calamidad. (II Crónicas 21, 14)

  • los cuales fueron contra Judá, la invadieron y se llevaron todo lo que encontraron en el palacio del rey, incluidos mujeres e hijos, menos a Ocozías, el más pequeño de todos. (II Crónicas 21, 17)

  • el cual le casó con dos mujeres, de las cuales tuvo hijos e hijas. (II Crónicas 24, 3)

  • Los israelitas hicieron doscientos mil prisioneros a sus hermanos entre mujeres, hijos e hijas, y se adueñaron de un enorme botín, que se llevaron para Samaría. (II Crónicas 28, 8)

  • Por eso, nuestros padres cayeron en la guerra, y nuestros hijos y nuestras mujeres fueron hechos prisioneros. (II Crónicas 29, 9)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina