Encontrados 50 resultados para: muro

  • El año 153, en el segundo mes, Alcimo mandó derribar el muro del atrio interior del templo, destruyendo así la obra de los profetas. Ya se había comenzado a demoler, (I Macabeos 9, 54)

  • reconstruir las murallas de Jerusalén, levantar un muro entre la ciudadela y la ciudad, para separar aquélla de ésta y aislarla, de modo que los de dentro no pudieran comprar ni vender nada. (I Macabeos 12, 36)

  • Se reunieron para reconstruir la ciudad. Se había caído una parte del muro oriental sobre el torrente; Jonatán levantó aquella parte, y la llamó Cafenatá. (I Macabeos 12, 37)

  • Pero con las prisas, no se hizo una herida mortal y, cuando los soldados estaban a punto de penetrar por las puertas, se arrastró valerosamente sobre el muro y se arrojó varonilmente encima de los soldados. (II Macabeos 14, 43)

  • y he aquí que eran todo ortigas, los cardos habían cubierto el suelo y el muro de piedras se había derrumbado. (Proverbios 24, 31)

  • El que cava una fosa cae en ella, al que destruye un muro le muerde la serpiente. (Eclesiastés 10, 8)

  • Si fuese un muro, levantaríamos sobre ella almenas de plata; si fuese una puerta, la guarneceríamos con tablas de cedro... (Cantar 8, 9)

  • Ella: Yo soy un muro, mis pechos son torres. Así he sido a sus ojos como quien halla paz. (Cantar 8, 10)

  • Le hace luego un nicho apropiado, lo coloca en el muro y lo asegura con hierro. (Sabiduría 13, 15)

  • El corazón apoyado sobre sabio pensamiento es como revoque de arena sobre muro pulido. (Eclesiástico 22, 17)

  • Echó los fundamentos de doble altura, el alto contrafuerte del muro del templo. (Eclesiástico 50, 2)

  • por eso este pecado será para vosotros como brecha ruinosa que se abre en elevado muro, el cual en un momento, de repente, se desploma (Isaías 30, 13)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina