Encontrados 155 resultados para: ordenado

  • Lo que quedaba del novillo: la piel, la carne y los excrementos, lo quemó fuera del campamento, como el Señor había ordenado a Moisés. (Levítico 8, 17)

  • Lavó con agua las entrañas y las patas, y quemó todo el carnero sobre el altar. Era un holocausto, un perfume agradable, una ofrenda quemada en honor del Señor, como el Señor había ordenado a Moisés. (Levítico 8, 21)

  • Tomó después el pecho del carnero e hizo el rito de presentación delante del Señor: ésta era la parte del carnero de consagración que pertenecía a Moisés, como el Señor le había ordenado. (Levítico 8, 29)

  • Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: "Coced la carne a la puerta de la tienda de la reunión y comedla allí con el pan que hay en la cesta de la consagración, como yo he ordenado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán. (Levítico 8, 31)

  • El Señor ha ordenado que, al hacer sobre vosotros el rito de absolución, hagáis lo que se ha hecho hoy. (Levítico 8, 34)

  • Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había ordenado a Moisés. (Levítico 8, 36)

  • Moisés dijo a Aarón: "Acércate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto para hacer el rito de absolución por ti y por tus familias; presenta la ofrenda del pueblo para hacer sobre ellos el rito de absolución, como lo ha ordenado el Señor". (Levítico 9, 7)

  • Quemó luego sobre el altar las grasas de la víctima, los riñones y la sabanilla del hígado, como el Señor había ordenado a Moisés; (Levítico 9, 10)

  • Aarón ofreció los pechos y la pierna derecha con el rito de presentación delante del Señor, como Moisés le había ordenado. (Levítico 9, 21)

  • Los hijos de Aarón, Nadab y Abihú, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, echaron encima el incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego profano que él no les había ordenado. (Levítico 10, 1)

  • La pierna del tributo y el pecho del rito de presentación serán llevados junto con las grasas que han de ser quemadas, para hacer con ello el gesto de presentación delante del Señor, y luego serán para ti y tus hijos por derecho perpetuo, como lo ha ordenado el Señor". (Levítico 10, 15)

  • Puesto que su sangre no fue introducida dentro del santuario, debíais haber comido la carne en ese lugar santo, como yo había ordenado". (Levítico 10, 18)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina