Encontrados 402 resultados para: paz

  • Pero ¿quién sería capaz de construir un templo digno de él, cuando ni todos los cielos lo pueden contener? ¿Quién soy yo para construir un templo, aunque sea sólo para quemar incienso en su honor? (II Crónicas 2, 5)

  • Abías murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Asá; la tierra gozó de paz durante diez años. (II Crónicas 13, 23)

  • Restauró las ciudades fuertes de Judá aprovechando aquellos años en que el país gozaba de tranquilidad y no había guerra alguna, porque el Señor le había concedido la paz. (II Crónicas 14, 5)

  • Por eso dijo a Judá: "Restauremos estas ciudades, rodeémoslas de murallas, torres, puertas y barras mientras el país está en nuestras manos. Hemos buscado al Señor, y el Señor nos ha concedido la paz con nuestros vecinos". Y realizaron todas las construcciones. (II Crónicas 14, 6)

  • En aquellos días no habrá paz ni para los que salen ni para los que entran, pues abundarán las tribulaciones sobre todos los habitantes de la tierra. (II Crónicas 15, 5)

  • Todo Judá estaba contento por el juramento que acababan de hacer con todo el corazón; con toda su buena voluntad habían buscado al Señor, y él se había dejado encontrar por ellos, y les había concedido la paz en todas sus fronteras. (II Crónicas 15, 15)

  • "Hagamos nosotros dos un pacto, como lo hicieron nuestros padres. Yo te envío este obsequio de plata y oro. Rompe tu pacto con Basá, rey de Israel, para que me deje en paz". (II Crónicas 16, 3)

  • Miqueas contestó: "He visto a todo Israel disperso por los montes como rebaño sin pastor. El Señor decía: Éstos no tienen dueño; que cada uno vuelva en paz a su casa". (II Crónicas 18, 16)

  • El reinado de Josafat fue tranquilo, y Dios le dio la paz en todas sus fronteras. (II Crónicas 20, 30)

  • Mandó buscar a Ocozías, que fue alcanzado cuando iba a esconderse a Samaría. Se lo llevaron a Jehú, que lo mandó matar. Le dieron sepultura, pues se dijeron: "Es hijo de Josafat, que buscó al Señor con todo su corazón". En la casa de Ocozías no quedó nadie que fuera capaz de reinar. (II Crónicas 22, 9)

  • El Señor libró a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén del poder de Senaquerib, rey de Asiria, y de todos sus enemigos, dándoles paz en todas sus fronteras. (II Crónicas 32, 22)

  • Por eso te concederé morir y ser enterrado en paz; tus ojos no verán toda la desventura que yo voy a acarrear sobre este lugar y sus habitantes". Los mensajeros llevaron la respuesta al rey. (II Crónicas 34, 28)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina