Encontrados 90 resultados para: príncipes

  • Por eso el Señor Dios nuestro ha cumplido la amenaza que había pronunciado contra nosotros, contra nuestros jueces que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes y nuestros príncipes, contra las gentes de Israel y de Judá. (Baruc 2, 1)

  • ¿Dónde están los príncipes de las naciones y los que doman las bestias de la tierra? (Baruc 3, 16)

  • "Di a esta raza rebelde: ¿No sabéis lo que significa todo esto? Diles: Mirad, el rey de Babilonia llegó a Jerusalén, tomó a su rey y a sus príncipes y los llevó a Babilonia. (Ezequiel 17, 12)

  • Y tú entona una elegía sobre los príncipes de Israel (Ezequiel 19, 1)

  • Grita, aúlla, hijo de hombre, porque está destinada a mi pueblo, todos los príncipes de Israel, entregados a la espada junto con mi pueblo. Hiérete las caderas, (Ezequiel 21, 17)

  • Ved, los príncipes de Israel, cada uno por su cuenta, están ocupados en derramar sangre. (Ezequiel 22, 6)

  • En ella sus príncipes son como león rugiente ávido de presa, devoran a las personas, se apoderan de haciendas y riquezas y aumentan el número de las viudas. (Ezequiel 22, 25)

  • Bajarán de sus tronos todos los príncipes del mar, se quitarán sus mantos y se despojarán de sus vestiduras recamadas; se vestirán de luto, se sentarán en tierra, sufrirán incesantes temblores y estarán consternados por ti. (Ezequiel 26, 16)

  • Arabia y todos los príncipes de Cedar eran tus clientes y traficaban contigo corderos, carneros y machos cabríos. (Ezequiel 27, 21)

  • Esto dice el Señor Dios: Aniquilaré los ídolos de Menfis y no saldrán más príncipes de la tierra de Egipto. Sembraré el terror en el país de Egipto. (Ezequiel 30, 13)

  • Allí está Edón con sus reyes y todos sus príncipes, quienes, a pesar de su prepotencia, fueron puestos junto con los muertos a espada; yacen entre los incircuncisos, entre los que bajan a la fosa. (Ezequiel 32, 29)

  • Carne de héroes comeréis, sangre de príncipes de la tierra beberéis. Carneros, corderos, machos cabríos, terneros, pingües toros de Basán. (Ezequiel 39, 18)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina