Encontrados 262 resultados para: profeta Natán

  • El rey Sedecías mandó a buscar al profeta Jeremías a la tercera puerta del templo del Señor; el rey dijo a Jeremías: "Tengo que preguntarte una cosa, no me ocultes nada". (Jeremías 38, 14)

  • se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: "Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)

  • El profeta Jeremías les contestó: "Os he oído. Yo pediré al Señor, vuestro Dios, conforme a vuestros deseos. Cualquier cosa que el Señor os responda yo os la comunicaré, sin ocultaros nada". (Jeremías 42, 4)

  • hombres, mujeres y niños, las princesas reales y cuantas personas había dejado Nebuzardán, jefe de la escolta, con Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán; también se llevaron al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías, (Jeremías 43, 6)

  • Palabra que el profeta Jeremías dirigió a Baruc, hijo de Nerías, cuando éste escribió en un libro estas palabras dictadas de labios de Jeremías, el año cuarto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: (Jeremías 45, 1)

  • Palabra del Señor dirigida al profeta Jeremías sobre las naciones. (Jeremías 46, 1)

  • Palabra que el Señor dirigió al profeta Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con ánimo de atacar a Egipto. (Jeremías 46, 13)

  • Palabra del Señor que fue dirigida al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que el Faraón tomase Gaza. (Jeremías 47, 1)

  • Palabra del Señor dirigida al profeta Jeremías sobre Elán, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá. (Jeremías 49, 34)

  • Palabra pronunciada por el Señor sobre Babilonia y sobre el país de los caldeos por boca del profeta Jeremías. (Jeremías 50, 1)

  • Orden dada por el profeta Jeremías a Serayas, hijo de Nerías, hijo de Majsías, cuando partió con Sedecías, rey de Judá, a Babilonia, el año cuarto de su reinado. Serayas era el mayordomo de viaje. (Jeremías 51, 59)

  • Mira, Señor, y considera: ¿a quién has tratado alguna vez así? ¡Ay! ¡Las madres han comido a sus vástagos, a los hijos de sus caricias! ¡Fueron asesinados en el santuario del Señor sacerdote y profeta! (Lamentaciones 2, 20)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina