Encontrados 240 resultados para: profeta Oded

  • No vemos ya nuestras banderas, ya no hay ningún profeta, y nadie sabe lo que esto durará. (Salmos 74, 9)

  • y amontonaron las piedras en el monte del templo, en lugar conveniente, hasta que viniera un profeta y dijera lo que había que hacer con ellas. (I Macabeos 4, 46)

  • que los judíos y los sacerdotes a una habían resuelto que Simón fuera su caudillo y sumo sacerdote hasta la aparición de un profeta acreditado; (I Macabeos 14, 41)

  • Encontramos escrito en los documentos que el profeta Jeremías mandó a los deportados tomar del fuego antes dicho; (II Macabeos 2, 1)

  • Se dice también en los documentos que el profeta, ilustrado por revelación de Dios, mandó que llevaran tras él el tabernáculo y el arca. Salió hasta el monte a donde Moisés había subido para contemplar la tierra prometida por Dios. (II Macabeos 2, 4)

  • Onías tomó la palabra y dijo: "Éste es el amante de los hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad; es el profeta de Dios, Jeremías". (II Macabeos 15, 14)

  • Les dio prosperidad en sus empresas por mano de un santo profeta. (Sabiduría 11, 1)

  • Samuel, amado del Señor y su profeta, estableció la monarquía y ungió príncipes sobre su pueblo. (Eclesiástico 46, 13)

  • Por su fidelidad fue reconocido profeta, y se acreditó por sus discursos como vidente veraz. (Eclesiástico 46, 15)

  • El profeta Elías se alzó, como un fuego; su palabra era ardiente como una antorcha. (Eclesiástico 48, 1)

  • Porque Ezequías hizo lo que agrada al Señor y siguió los pasos de su padre, David, como le había ordenado el profeta Isaías, el grande y fiel en sus visiones. (Eclesiástico 48, 22)

  • a causa de Jeremías, porque lo maltrataron, aunque él fue consagrado profeta en el seno materno para arrancar, destruir y arruinar, como también para edificar y plantar. (Eclesiástico 49, 7)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina