Encontrados 306 resultados para: prueba de las aguas amargas

  • En aquel día brotarán aguas vivas de Jerusalén, la mitad de ellas hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental; correrán en verano y en invierno. (Zacarías 14, 8)

  • Llevad íntegro el diezmo al tesoro para que haya alimento en mi casa; y ponedme así a prueba -dice el Señor todopoderoso-, a ver si no os abro las esclusas del cielo y derramo sobre vosotros las bendiciones sobreabundantemente. (Malaquías 3, 10)

  • pero no tiene raíz, es inconstante y, cuando llega la prueba o la persecución a causa de la palabra, inmediatamente se viene abajo. (Mateo 13, 21)

  • Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas". (Mateo 14, 28)

  • Él dijo: "Ven". Pedro saltó de la barca y fue hacia Jesús andando sobre las aguas. (Mateo 14, 29)

  • Se le acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: "¿Le está permitido al hombre separarse de su mujer por cualquier motivo?". (Mateo 19, 3)

  • Los que están sobre el pedregal son los que oyen la palabra y la aceptan con alegría; pero no tienen raíz, creen por algún tiempo y en el momento de la prueba se vuelven atrás. (Lucas 8, 13)

  • Si la obra resiste la prueba del fuego, recibirá el premio; (I Corintios 3, 14)

  • No os ha llegado ninguna prueba insuperable. Dios es fiel y no permitirá que seáis sometidos a pruebas superiores a vuestras fuerzas; ante la prueba os dará fuerza para superarla. (I Corintios 10, 13)

  • Hermanos, no queremos que ignoréis las grandes dificultades que encontramos en Asia. Fue tan dura la prueba y tan por encima de nuestras fuerzas, que perdimos toda esperanza de seguir viviendo. (II Corintios 1, 8)

  • Esto no es una orden; os hablo de la buena disposición de otros para poner a prueba la sinceridad de vuestro amor. (II Corintios 8, 8)

  • además fue elegido por las iglesias como compañero de nuestro viaje para esta obra de caridad, a la que nos consagramos para gloria del Señor y en prueba de nuestra buena voluntad. (II Corintios 8, 19)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina